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Laura Begoña Gallego, ayer, en su puesto. :: V VICENS / AGM
ESPAÑA

«Vi 40 llamadas esperando y supe que algo muy grave había pasado»

Laura Begoña Gallego Operadora del 112

J. P. P.
MURCIA.Actualizado:

Ella fue la primera en darse cuenta, en la sala del 112, de que algo muy grave estaba pasando en Lorca. Pasaban seis minutos y catorce segundos de las cinco de la tarde cuando descolgó el auricular y escuchó el primer aviso ciudadano de lo que en aquel momento era solo un terremoto de moderado impacto. A las 18.47 horas llegó el segundo seísmo, y con él, el caos.

-¿Cómo fue la llamada que anunció el primero de los terremotos?

-Fue poco después de las cinco. Era una tarde muy tranquila, hasta que de repente respondí al teléfono y una persona me dijo, muy nerviosa, que había oído una explosión. Cuando miré al ordenador, me di cuenta de que tenía entre 30 y 40 llamadas en cola. Algo había pasado, pero no imaginaba qué podía ser. Las siguientes llamadas fueron muy confusas. Había gente que decía que era un atentado. Pero enseguida supimos que era un terremoto.

-¿Cómo recuerda el segundo seísmo?

-Ahí sí que sabíamos desde el principio que nos enfrentábamos a un nuevo terremoto, porque además lo notamos en la sala. Fue increíble. Fue desbordante, no dábamos abasto.

-¿Cuántas llamadas atendió esa tarde?

-No lo sé. Es imposible calcularlo. Muchísimas. Durante tres o cuatro horas ni siquiera me levanté de la silla.

-¿Recuerda alguna llamada en especial?

-Atendí a un ciudadano que llamó para avisar de que el campanario de San Diego se había derrumbado. Otros decían que parte del castillo se había derrumbado. Recuerdo una llamada de una persona que decía que había alguien inconsciente debajo de los escombros.

-¿Qué sentía en esos momentos?

-Te sientes desbordada, completamente. No sabes lo que está pasando, porque además la gente que llama está muy nerviosa y a veces no consigues que te expliquen bien la situación. Llevo nueve años en este trabajo y desde luego es la tarde más dura que he vivido.