La provincia del 'Yo me quedo en casa'
En cada convocatoria, Cádiz se reafirma como uno de los territorios más abstencionistas de España Sólo Ceuta, Melilla y, en las últimas locales, Barcelona, presentan porcentajes de abstención tan elevados
CÁDIZ Actualizado: GuardarSi en las últimas elecciones municipales un 43,79% de los llamados a votar en la provincia decidió quedarse en casa, ¿qué puede ocurrir en éstas? La crisis ha tocado el ánimo de la ciudadanía, la ha vuelto más escéptica o más sumisa, más reacia y más descreída ante los eslóganes, los discursos y las recetas. La desgana, el descontento, el 'pasotismo' o la impotencia colectiva ya no son una intuición personal, atrapada al vuelo en la calle, en el restaurante o en la oficina. Hace tiempo que aquello de 'todos los políticos son iguales'; o su consecuencia lógica ('votar no sirve para nada') dejaron de ser frases hechas, lugares comunes en cualquier conversación de café y se convirtieron en percepciones estadísticas. De ahí dieron el salto a la agenda de los candidatos, que nunca se olvidan de 'refrescar' a su público los peligros de la abstención .
Pero la democracia, en la provincia, más que incentivos necesita 'electroshocks'. En las últimas citas con las urnas, ya fueran convocatorias locales, autonómicas, nacionales o europeas, Cádiz ha despuntado por el altísimo porcentaje de ciudadanos que decidieron quedarse en casa y hacer pellas en el colegio (aunque sea el electoral).
En las Municipales de 2007, su 43,79% de abstención sólo fue superado por el 48,75% de Barcelona. Ambas capitales también 'compitieron' por el número uno de la lista: Cádiz con un 48,4% y Barcelona ciudad con un 50,38%.
Es, de largo, la provincia andaluza más abstencionista. Le sigue Málaga con un 42,6% y Sevilla, con un 39,53%. El resto se descuelga.
En las generales la tendencia no sólo no se frena sino que se agudiza. En la convocatoria de 2008, Cádiz (46,14%) obtuvo nueve puntos de abstención por encima de la media nacional (35,56%), y siete por encima de la andaluza (27,23%). La superaron el País Vasco, Ceuta y Melilla.
En las últimas europeas, se batieron todos los récords. Cádiz superó el 65% de abstención, siete puntos por encima de la media andaluza (58,26%) y diez por encima de la nacional (55,1%). En las autonómicas, Cádiz mantuvo cinco puntos de abstención por encima de la media andaluza (31,88 en la provincia, frente al 26,35 de la comunidad).
Las lecturas son complejas. El sociólogo Juan Hernández Bravo, autor de varios informes sobre el tema, advierte de que «los estudios electorales identifican tradicionalmente la abstención electoral con la ausencia del ejercicio del derecho del sufragio activo». Es decir, «con el no acudir a votar en el proceso determinado». Esta abstención puede tener su origen en «una discrepancia radical con el régimen político (o, incluso con la democracia), en el simple desinterés o en el convencimiento de que nada puede cambiar realmente gane quien gane». Pero también puede ser una abstención «forzada por las circunstancias, por dificultades o por acontecimientos personales».
Movilidad demográfica
El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Cádiz, José Luis García Ruiz, se explica el fenómeno en función de cuestiones demográficas: «Influye la alta proporción de ciudades de más de 50.000 habitantes. No existe ninguna otra provincia andaluza que se pueda comparar a Cádiz en eso». Además, «el gran área metropolitana de la Bahía genera desinterés por lo municipal». «Por ejemplo, hay muchos gaditanos de la capital que tienen su domicilio en Chiclana, Puerto Real o El Puerto, pero no se sienten chiclaneros, ni puertorrealeños ni portuenses, lo que hace que no muestren un especial interés por estas elecciones». «En cualquier caso -apunta- es una tendencia mundial en los países desarrollados, salvo en los que el voto es obligatorio».
A través de los datos del último 'Barómetro de la Opinión Pública Andaluza', publicado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados a finales de 2010, es posible, no obstante, establecer una conexión clara entre el alto porcentaje de ciudadanos que decide no votar en una zona y sus condiciones socioeconómicas. El dato de que la provincia es el territorio andaluz, con tres puntos por encima de la media nacional, en el que más votantes han decidido, de antemano, no ejercer su derecho al voto está íntimamente relacionado con su percepción de las instituciones.
No es casualidad que los indicadores 'negativos' de Cádiz coincidan en la punta de la pirámide, y que en el resto de las provincias vayan en paralelo. El 'desapego' afecta a todas las opciones. Por ejemplo, aunque un 69,3% de los gaditanos no se identifica con las políticas socialistas, más del 50% cree las de los populares son iguales o peores.