Una fiesta que debe ser la antesala de otra

Miles de personas salieron ayer por la tarde a la calle en Barcelona para festejar el campeonato de Liga conseguido por el Barça, que organizó un desfile en el que la afición pudo ver de cerca y aclamar a sus ídolos.

La plantilla del Barcelona, con el técnico Josep Guardiola a la cabeza, inició desde el Camp Nou un recorrido por la capital catalana a bordo de un autobús descapotable.

Los azulgranas salieron de su estadio en un recorrido que pasó por las calles Arístides Maillol, Riera Blanca, Avenida Madrid, Entença y Travessera de les Corts, para llegar de nuevo al Camp Nou, donde se celebró la fiesta final con parlamentos de los jugadores incluidos.

Las calles de la ciudad condal se tiñeron de azulgrana, con banderas, pancartas y muchas camisetas del campeón de Liga, que ha conseguido por tercera vez consecutiva este título.

Durante el paseo en autobús, que duró alrededor de una hora, todos los futbolistas vibraron pero merecen especial atención Alves, Piqué y Pinto, como siempre los principales animadores de la fiesta. El brasileño no se separó de Eric Abidal, que se ha convertido en uno de los jugadores preferidos de la afición tras detectarse su enfermedad.

Tras recorrer el circuito, los jugadores acabaron en el Camp Nou. Con Sandro Rosell en el palco de honor, los integrantes del plantel azulgrana dieron la vuelta de honor al césped antes de tomar la palabra. Primero hablaron los técnicos y porteriormente los jugadores.

Con el tema principal de la banda sonora de 'El último mohicano' fueron saliendo los chicos del filial, justo después los integrantes del cuerpo técnico. Pep Guardiola se llevó la mayor ovación (y fue manteado por sus pupilos) al tiempo que se cantaba el 'Campeones, campeones' y todos se citaban para Wembley, pero cuando Messi entró en escena todos los aficionados cayeron rendidos a sus pies.

El entrenador azulgrana dio las gracias a sus jugadores por el esfuerzo realizado, mientras que el capitán Carles Puyol pidió a los aficionados que disfrutaran, que se han inventado muchas cosas desde muchos sitios pero que se seguirán defendiendo jugando al fútbol. Y por supuesto, que queda el último esfuerzo: Wembley. Xavi se despidió con un hasta pronto.

La celebración también tuvo su punto emotivo. El club azulgrana no se olvidó de los damnificados por el terremoto de Lorca, y el autobús llevó en la parte delantera una pancarta en su recuerdo con el lema 'Llorca al nostre cor' (Lorca en nuestro corazón).

El club catalán se sumó de esta manera a las numerosas muestras de duelo y apoyo a los afectados por el seísmo, que tuvo lugar el mismo día que el Barcelona se alzaba con la Liga en el campo del Levante.

A pesar del ambiente festivo de la marcha azulgrana, el Barça no quiso olvidarse en estos delicados momentos de los habitantes de Lorca. Tanto el técnico Pep Guardiola, como el presidente del club, Sandro Rosell, ya habían expresado su solidaridad con la víctimas del terremoto justo después de ganar la tercera liga consecutiva del Barça.