Hemingway, su mejor amigo

Gary Cooper y Ernest Hemingway se conocieron en Sun Valley, California, en septiembre de 1940. Ambos descubrieron que tenían muchas cosas en común, entre las que destacaban su pasión por los toros, la caza y los safaris en África. El actor, que era hombre de pocos amigos, descubrió en el escritor al mayor de todos ellos. Por su parte, el autor de 'París era una fiesta' admiraba la excelente persona que era el actor: «Tan noble y honesto, tan cordial y sencillo como parece».

Pero lo que no pudieron imaginar es que hasta la muerte pasaría a formar parte de esas cosas comunes que les unieron. De hecho, cuando Cooper ya padecía un cáncer terminal dijo a su amigo, también muy enfermo con una grave depresión e impulsos suicidas: «Apuesto a que me voy al otro mundo antes que tú», algo que deseaba desde que los médicos le dijeron que no iba a durar demasiado tiempo. El héroe de la pantalla ganó su apuesta.