La resurrección de José Tomás
Vuelve el 'Mesías'. José Tomás reaparece el 23 de julio en Valencia, un año después de la cornada de Aguascalientes (México) que casi le mata
MADRID Actualizado: GuardarLa noticia pilló a los aficionados en las catacumbas de una fiesta de los toros asediada por las prohibiciones y la falta de referencias. "A las cinco de la tarde, rueda de prensa en el hotel Wellington de Madrid. Salvador Boix y Simón Casas". El SMS voló al mediodía de ayer con un mensaje cifrado que encendió las redacciones y la esperanza. A las benditas cinco de la tarde, en una sala de prensa abarrotada, con el nombre del torero convertido en 'trending topic' en Twitter, el empresario Simón Casas confirmaba la noticia: José Tomás reaparecerá el 23 de julio en Valencia.
Cuando se supo la noticia, hubo una ovación en la sala de prensa del lujoso hotel de Madrid. Todo sucedió muy rápido. A las once y media de la mañana llegaba a la estación de Atocha un AVE procedente de Barcelona. A bordo, el hombre clave del día, el apoderado de José Tomás. Salvador Boix se encerraba en el hotel con el empresario francés en una reunión que terminaba con la firma "irreversible" de un contrato. Antes de plantar su garabato, ambos charlaban de las condiciones pendientes del teléfono: el torero mataba un toro a puerta cerrada en una finca y dejaba dicho que, hasta que pasara el trance, no se anunciara nada. Un último ensayo, el definitivo. A la una y media se firmaba y se convocaba a la prensa. Cuatro horas después, no había billetes en la sala.
La noticia era escueta, pero un bombazo informativo: el matador de Galapagar volverá a vestirse de luces el día 23 en Valencia. Ni una palabra más del cartel. Los rumores corrían como la pólvora. "No hay nada confirmado ni nos hemos sentado a hablar con nadie además de Simón Casas", juraba Boix. Se moverán "en la lógica de los referentes habituales". Así, podrían acompañarle en el paseíllo Vicente Barrera y Daniel Luque, con reses de su ganadería talismán, Núñez del Cuvillo, que viene de indultar un toro en Sevilla (el de José María Manzanares), y que José Tomás ya lidió en su vuelta a los ruedos en 2007.
Del resto de la temporada, Boix no suelta prenda. La información a cuentagotas, siempre con misterio. Eso sí, reconoce que "puede resultar curioso" que a estas alturas del curso tenga en ascuas a las ferias en las que lidiará sus "doce o catorce" corridas. De entre ellas, suenan Málaga, Pontevedra, Almería, Linares y Salamanca, además de Bilbao -con la que se ha comprometido a comparecer en la Corrida del Aniversario, en septiembre- y la última que se celebre en la Monumental de Barcelona.
Los aficionados tienen el teléfono de las taquillas a mano. Después de una Feria de Abril (Sevilla) en la que se han perdido 700 abonos y con la Feria de San Jaime de Valencia por las nubes a día de hoy, el empresario que contrate al torero pagará un dineral por él, pero se asegurará la taquilla. Los reventas tampoco duermen. En los mentideros taurinos de todas esas ciudades candidatas no se para, no se calla. Anunciar al ídolo es -en términos taurinos- como hacerse con unos juegos olímpicos. Porque José Tomás no reaparece: resucita. Y todos lo quieren ver.
El 'mesías' del toreo llega desde muy lejos. En concreto, desde los bajos fondos de la postración y la pesadilla en la que lo sumió un toro en Aguascalientes (México), hace ahora trece meses, cuando lo prendió del muslo izquierdo y le hizo un siete por el que casi se le va la vida.
Entre la vida y la muerte, en una modesta enfermería se le hacía una transfusión de cinco litros de sangre mexicana. La afición no durmió aquella noche. "Lo único que me ha dicho el matador es que tenga un recuerdo para México", admitía en la rueda de prensa Salvador Boix. Superado el peligro, el 'elegido' pasó su propia oración en el desierto. Durante semanas, los músculos desgarrados de su pierna izquierda lo dejaron literalmente cojo. El hombre vivo, el torero muerto. Se pensó, incluso, que no volvería a vestirse más de luces, hasta que el pasado agosto varios cirujanos consiguieron lo imposible en Sevilla. Se jugaron el todo por liberar los nervios de la pierna enclaustrados por las cicatrices. Funcionó, pero seguía cojo.
"Deseos de soñar"
La rehabilitación, un cuerpo a prueba de bombas, un equilibrio mental mezcla de samurai y asceta, y la voluntad férrea de volver a la vida de luces obraron el milagro. Los médicos, liderados por su galeno de confianza, el gaditano Rogelio Pérez Cano, decidieron cambiar los cánones de la recuperación. Además de gimnasio, tendría que recuperarse en el ruedo de las plazas de tientas, donde hace unos meses comenzó a probarse con becerras y más tarde con toros.
Hace tres días, el doctor que lo cuida aseguraba que José Tomás estaba al 95%. Y de pronto, la rueda de prensa. Nada se hace de manera convencional en casa de un hombre no convencional que será padre en noviembre.
Es un tipo que promueve la lucha contra la violencia de género, que no dice ni 'Pamplona' en público, que adora pescar y que es capaz de pasarse el toro por la barriga cada tarde. De remate y como colofón de todo lo anterior, pisa los terrenos de la verdad, donde cada muletazo es un cara o cruz entre la gloria o el hule del quirófano. En esos palmos del infierno, torea como los ángeles. De él se dicen muchas cosas. Una de las más ajustadas la soltó el propio Simón Casas, que explicó que es "el portavoz silencioso de nuestros deseos de soñar, de los deseos de ver más allá del horizonte cotidiano, la llave de todos los misticismos". Con toda su aura, no lo tiene fácil. Sus detractores, que los hay aunque camuflados, esperan la mínima flaqueza para destruirlo. En el escalafón tampoco está fácil, con dos figuras como El Juli y José Mari Manzanares ‘pegando bocaos’. ¿Está preparado? Boix lo tiene claro: "Fíjense si está preparado, que reaparece".