Sociedad

Woody Allen pone elegancia, magia y humor en la inauguración de Cannes

CANNES. Actualizado: Guardar
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No hay nada mejor que salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja y satisfechos por lo que se acaba de ver. Esta es la sensación que procura 'Midnight in Paris', la película de Woody Allen que inauguró ayer, entre grandes aplausos, la 64 edición del Festival de cine Cannes. La película llegará a las pantallas españolas mañana mismo. No en vano de trata de una coproducción hispano norteamericana en la que participa MediaPro, la productora de de Jaume Roures que también coprodujo 'Vicky Cristina Barcelona', la entrega anterior del cineasta neoyorquino.

Con un más que interesante y abultado reparto, la verdadera y gran protagonista del filme es la capital francesa. Estamos ante una historia de amor y magia. Amor por la ciudad de la luz, por los grandes intelectuales de la 'belle epoque' que desfilaron por París, y por seguir siempre los dictados del corazón. Y magia porque 'Midnight in Paris' es una historia de saltos en el tiempo, sin que en ningún momento lo parezca. La historia de un hombre atrapado por la magia, para ser más exactos.

Con unas interpretaciones en estado de gracia -Owen Wilson, magnífico; Rachel McAdams y Marion Cotillard, bellísimas y mágicas; Carla Bruni estupenda con un personaje menor-, la película lleva el sello inconfundible del mejor Woody Allen. Aunque el planteamiento no resulte demasiado original, recordemos Allen introduce elementos mágicos en casi todas sus películas, el resultado no defrauda.

En la gala de apertura, otro veterano director, el italiano Bernardo Bertolucci, recibió una Palma de Honor de manos de Robert De Niro, presidente del Jurado de esta 64 edición del festival.