Carne de gallina
Actualizado:Primer principio indubitable: solo a las gallinas se les puede poner carne de gallina. Segundo: cuando un ser humano dice participar de una condición como esta, ¿qué siente y qué se lo provoca? Indignación, sorpresa, descreimiento, enojo o rabia. O miedo. No lo sé, y por eso el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, debería ser un poco más completo. Completo, que no consistente, sabiendo como sabemos que ya lo es. Consistencia significa duradero, y el señor Sala ahí está desde hace tanto como el dinosaurio de Monterroso. Claro que consistencia también significa cohesión entre dos partículas de una masa. Asumamos que el PSOE es una suerte de masa y pongamos a Felipe González en una partícula y a Rodríguez Zapatero en otra y tendremos una cohesión cierta, completa y consistente. En esas dos etapas del socialismo democrático Pascual Sala ha tenido y tiene cargos de gran relevancia. Y además de sonora significación. Ahora a Sala se le pone la piel de gallina -podía haber dicho que se le abren las carnes que es algo que parece más humano-, porque muchos cuestionamos la independencia del Tribunal Constitucional que niega y enmienda lo que el Tribunal Supremo sentencia, dicta y falla. Su piel amarillea y se llena de puntitos picudos como los de las gallinas cuando escucha que muchos no entendemos por qué lo que el Supremo dice, que Bildu está al servicio de ETA, el Constitucional lo revoca con tanta decisión y esmero.
No ha pasado una semana y ya hemos visto al primer etarra abrazando una pancarta de Bildu. Vendrán más, me dice quien los conoce. Y ahora señor Sala, ¿cómo se le pone la piel?
Pascual Sala, al que imagino preocupado con lo que lee y ve, no puede articular ahora un discurso sobre la independencia judicial que, a mí por lo menos, me provoca la misma sorpresa que cuando un compañero periodista invoca su independencia y objetividad. Ya sólo creo en la decencia. No, señor Sala, no. En su tribunal hay vocales cuyo origen está en la almendra de la política, de una determinada política. Los políticos le eligen a usted y a sus vocales con criterios bien distintos al Supremo. Entre un sistema y otro me quedo con el del Supremo, que me ofrece más garantías. Incluso, -¿me pasará algo si lo escribo?-, sus expedientes académicos me dan más seguridad que los que el TC presenta. Sala puede decir lo que es y lo que no, incluso puede creérselo; otros podemos decir lo que parece. Y lo que parece es lo que creo sin necesidad de que me recuerde a una gallina. Que a todo se acostumbra uno.