Foto de familia de los jugadores, técnicos y directivos del Real Madrid. :: EFE
MÁS FÚTBOL

Mourinho y Valdano se evitan en la celebración de la Copa

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

José Mourinho y Jorge Valdano se evitaron durante la deslucida celebración del Real Madrid por la conquista de la Copa del Rey y ni siquiera cruzaron una mirada en la sede del Ayuntamiento, donde la plantilla blanca comenzó el ofrecimiento del título a sus aficionados. Valdano comentó tras la goleada ante el Getafe que «hubo mucho ruido alrededor de la figura de Mourinho y es importante que dé un paso al costado y baje un poco el nivel de decibelios». El jefe de prensa del entrenador, Eladio Paramés, respondió que «Valdano es portavoz del club pero no de Mourinho», y el distanciamiento entre el entrenador y el dirigente hispano-argentino vivió ayer miércoles un nuevo capítulo. «José Mourinho hará ruido cuando quiera hacerlo», añadió el asesor del técnico.

El portugués, que desde el principio de temporada quiere a Valdano fuera del Madrid, tampoco quiso hablar ayer ante sus seguidores. Tras bromear Mourinho con un «que hable Karanka» cuando se lo pidieron sus jugadores, el portugués, forzado por la situación, se limitó a comentar: «Muchas gracias. Gracias a todos».

Mourinho y Valdano se sentaron en el salón de actos de la sede del Ayuntamiento separados por seis sillas y no se dirigieron la palabra en ningún momento. El técnico luso no ocultó su incomodidad por la situación. Los futbolistas también acogieron de mala manera los festejos, ya que contaban con disponer de un día libre pero se vieron obligados, precisamente en la jornada que estaba destinada al alirón del Barça, a acudir al Ayuntamiento, la Comunidad y la Catedral de la Almudena. Sus caras los delataban. El fastidio ya lo reflejó la madrugada del miércoles Higuaín, cuando, con un tono bastante molesto, declaró: «Iremos al Ayuntamiento a hacer el paripé de siempre». El delantero quiso dar marcha atrás e intentó matizar esa polémica manifestación, al apuntar, muy enfadado, que «en Argentina la palabra paripé significa tradición, protocolo».

Mientras el entrenador y el director general madridista no ocultaban su malestar y los jugadores, sin ganas de fiesta, se mostraban muy poco receptivos, Florentino Pérez se refirió a la importancia de ganar la Copa 18 años después y reconoció que este título era para el Madrid «una especie de obsesión». Sergio Ramos, sin embargo, admitió en la sede de la Comunidad que este trofeo no colma las aspiraciones del Real Madrid. «Aunque este Copa nos sepa a poco, seguro que volvemos a celebrar algo más», señaló el defensa sevillano, que quiso gastar una broma: «Tranquilos que esta la tengo bien sujeta, que no se cae».

Gallardón llegó a aventurar para la próxima temporada un triplete para el Madrid. «Quien esté en esta casa el año que viene serán tres veces las que os reciba», garantizó el alcalde. Esperanza Aguirre también fue muy optimista. «Con la ilusión de este año váis a ganarlo todo», les dijo la presidenta de la Comunidad a los jugadores. Florentino fue muchísimo más cauto y realista: «Con este equipo volveremos a ofrecer la emoción de nuevos logros, aunque sabemos que no será fácil». Desde el balcón, el capitán de la plantilla, Casillas, prometió: «El año que viene, más y mejor».