'operación karlos'

Carretero afirma que la madre de Campanario le pagó 18.000 euros

El supuesto cabecilla de la trama de obtención de pensiones de invalidez ha pactado una sentencia de conformidad con el fiscal, lo que conlleva una confesión

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El juicio de la 'operación Karlos' se ha reanudado en la Audiencia Provincial de Cádiz con uno de los platos fuertes previstos para esta jornada: la declaración de Carlos Carretero, supuesto cabecilla de la trama de obtención de pensiones de invalidez. Carretero ha pactado una sentencia de conformidad con el fiscal, lo que conlleva una confesión. La duda estaba en saber si incriminaría a los restos de procesados, sobre todo a piezas claves en este procedimiento como el inspector médico Francisco Casto Pérez Lara o María José Campanario.

El ex jefe de la Policía Local acaba de concluir su declaración. Solo ha querido responder a las preguntas de la acusación y como ya se temían algunos procesados, ha inculpado tanto al funcionario médico como a la figura mediática de este caso. Según Carretero, él solo se limitaba a entregarle la documentación de los beneficiarios a Pérez Lara porque este médico era conocido por agilizar los trámites para el reconocimiento de incapacidades. "Si normalmente se tarda más de un año, con Casto se conseguía en tres meses". Niega que le pagara por sus servicios sino que su relación se basaba en el intercambio de favarores. Pero que es consciente de que "no estaba bien" lo que hacían.

De la tramitación de la pensión para la madre de María José Campanario, Carretero ha confesado que le pagaron 18.000 euros y que le dio de alta, solo en los papeles, en una de sus empresas como limpiadora porque apenas había cotizado. De este chanchullo responsabiliza a Casto como la persona que le dio la idea.

Las defensas han querido que el tribunal recoja las preguntas que le hubieran planteado a Carlos Carretero. La guerra se ha declarado y los abogados de María José Campanario y del inspector médico se han mostrado muy beligerantes con el ex jefe de la Policía Local de Ubrique, al que le cuestionan que haya cambiado de versión para conseguir una rebaja en la pena solicitada por el fiscal de más de diez años a cuatro y medio, la retirada de cargos contra su padre y beneficios para otros dos procesados: su suegra (Isabel Gil) y si novia Elisa Calvente.