La Eurocámara afea a Barroso que ceda a «presiones racistas» para reformar Schengen
«Nuestra protesta solo busca fortalecer la libre circulación, no erosionarla», asegura el presidente de la Comisión
ESTRASBURGO/ PARÍS.Actualizado:«No es cierto que la Comisión Europea haya cedido a las presiones xenófobas y populistas» de Italia y Francia en la propuesta de reforma del acuerdo sin fronteras del Espacio Schengen. De esta manera se defendió el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, de las críticas de algunos eurodiputados sobre la iniciativa de permitir la reintroducción temporal de las límites interiores en Europa a la propuesta conjunta de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi. «Sé que está de moda ondear la bandera de los extremismos, pero no caeremos ante esas presiones. Nuestra propuesta no pretende erosionar la libre circulación sino fortalecerla», agregó el máximo representante de la Comisión. Según Barroso, con la reforma se garantizará mejor la libre circulación, previa clarificación de las normas de la confianza de Schengen.
Flujos masivos
alrededor de 25.000 inmigrantes tunecinos han llegado en los últimos dos meses a la isla italiana de Lampedusa y a 20.000 el Gobierno Berlusconi les ha dado un permiso de residencia temporal permitiéndoles moverse por los países del Espacio Schengen. Italia y Francia pidieron a Barroso que se permitiera la reintroducción de fronteras interiores para evitar los flujos masivos de inmigrantes a la UE desde que estallaron las revueltas en el norte de África.
La postura del Ejecutivo español es más cautelosa. El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, subrayó que «no tiene sentido reformar algo tan importante para hacer frente a un tema que, aunque es verdad que es difícil, cuenta con otros mecanismos para abordar el problema», señaló en París en el marco de una reunión antidroga del G-8.
«El propio Schengen permite evitar ese tipo de movimientos desordenados que a Italia le preocupan, y con razón», precisó Rubalcaba, e instó a «ver qué da de sí» el consejo de ministros de Justicia e Interior convocado para mañana en Bruselas.