Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Niños miran desde la puerta de una casa cercana a la residencia de Osama bin Laden. :: AGEEL AHMED / AP
MUNDO

Obama exige explicaciones a Pakistán

El presidente de EE UU asegura que Bin Laden contó con apoyo en el país asiático, incluso del Gobierno, por lo que pide a Islamabad que abra una investigación

MIKEL AYESTARAN ENVIADO ESPECIAL
ISLAMABAD.Actualizado:

Tres mujeres y ocho hijos de Osama bin Laden permanecen bajo custodia de las autoridades paquistaníes. Una semana después de la operación que costó la vida al líder de Al-Qaida los responsables de Exteriores comparecieron ante la prensa para informar que «de momento ningún país ha solicitado su extradición». Las fuerzas especiales norteamericanas mataron al terrorista saudí y a su hijo Khalid y se llevaron sus cuerpos junto a una gran cantidad de material informático y documentación relacionada con la red terrorista.

Para los paquistaníes dejaron tres mujeres y ocho menores, junto a los cadáveres de otras cuatro personas, y una fuerte crisis entre las autoridades políticas y militares del país asiático, que se culpan unas a otras de lo ocurrido y que necesitaron cuatro días para ofrecer una versión de los hechos. Hoy, siete después del incidente, el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, comparecerá por fin ante el Parlamento para explicar la postura de su Gobierno ante lo sucedido.

Entre las mujeres del saudí se encuentra la yemení Amal al-Sadah, de 29 años, que resultó herida en una pierna y que, según los medios paquistaníes, es la que más detalles está dando a los servicios de inteligencia sobre sus últimos cinco años de vida junto a Bin Laden en Abbottabad. Amal informó de que nunca había salido del complejo desde su llegada y que anteriormente habían residido dos años en Chak Shah Mohamed, una pequeña pedanía de la cercana Haripur, de apenas 2.500 vecinos donde la mayor parte vive en cuevas excavadas en la montaña y trabajan para el señor feudal de la zona.

La cadena CNN pudo contactar con la familia de la joven en Yemen y sus parientes aseguraron que nunca tuvieron ningún tipo de conexión con Al-Qaida. Un familiar llamado Ahmed la recuerda como «una persona buena» y calificó la familia como «muy respetada y conocida. Sin ideología extremista, a pesar de ser conservadora». Un miembro de la red terrorista en Yemen -el jeque Rashid Mohamed Saed Ismail, hermano de un antiguo preso de la organización en Guantánamo- organizó el matrimonio y se encargó de acompañar a Amal hasta Afganistán, donde contrajo matrimonio con Osama, que pagó una dote de 5.000 dólares (3.500 euros) en 2000 y un año más tarde le dio su primera hija en Kandahar. Las autoridades paquistaníes confirmaron que habían negado a la inteligencia estadounidense la posibilidad de interrogar a los detenidos, que permanecen en un lugar secreto y que «serán devueltos a sus países de origen».

Tensión en aumento

La familia del líder terrorista se suma a la larga lista de problemas de un país al que la operación de EE UU ha vuelto a colocar en el ojo del huracán por su supuesta colaboración con el caudillo de Al-Qaida desde su paso a la clandestinidad en 2001. «Bin Laden tuvo que tener alguna red de apoyo en Pakistán aunque se desconoce cuál. No sabemos si pueden haber sido algunas personas dentro del gobierno, o fuera de él. Y eso es algo que tenemos que investigar y, más especialmente, que el Ejecutivo paquistaní debe investigar», declaró Barack Obama al programa '60 Minutos' de la cadena CBS. Una advertencia a su socio más importante en la lucha contra el terror y en la campaña afgana de la OTAN.

De momento Washington sigue a la espera de que Islamabad le facilite las identidades de algunos de los miembros de sus servicios de inteligencia para determinar si alguno de ellos tuvo contacto con Bin Laden durante su larga estancia en Abbotabad. Pakistán debe dar explicaciones a la comunidad internacional y a sus propios ciudadanos que viven bajo la amenaza de un grupo como Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), el primero en clamar venganza por la muerte del saudí que ha colocado a las autoridades de su país como objetivo número uno.