Esperanza Aguirre abruma en Madrid

El PP incrementaría la mayoría absoluta que tiene en la Comunidad de Madrid sin que las salpicaduras del 'caso Gürtel', que se han llevado por delante a un consejero, tres diputados y media docena de alcaldes, hayan afectado la fortaleza política de Esperanza Aguirre. Tanto su valoración como la evaluación de su gestión están muy por encima de la de su rival, Tomás Gómez, y de la oposición del PSOE.

También el popular José Ramón Bauzá tiene las mejores cartas para recuperar para su partido el Ejecutivo de Baleares. Después de limpiar las listas de imputados y de personas vinculadas a Jaume Matas, el PP alcanzaría la mayoría absoluta y derrotaría al pentapartito que ha apuntalado esta legislatura al socialista Francesc Antich.

Son las dos mejores noticias para el PP en la segunda entrega del estudio electoral de Ikerfel para este periódico. En las tres comunidades restantes que celebran elecciones el 22 de mayo, las perspectivas son menos halagüeñas para los populares y más favorables para el PSOE.

En Aragón, la socialista Eva Almunia, que sustituye a Marcelino Iglesias, podría convertirse en la primera presidenta si su partido cierra un acuerdo, bien con el Partido Aragonés, bien con los nacionalistas de la Chunta Aragonesista e IU. El PSOE se convertiría en el primer partido de la comunidad al ganar entre tres y cinco diputados en detrimento del PP, que dejaría de serlo al perder entre tres y cuatro escaños. Luisa Fernanda Rudi tendría difícil gobernar porque su aliado más factible, el PAR, también retrocedería dos escaños.

Primero, pero sin gobierno

Los socialistas también serían los más votados en Canarias pese a perder entre cinco y siete escaños. Pero este hecho no significa que gobernará. Es más factible que Coalición Canaria y PP, que mantendrían sus representantes, alcancen un acuerdo como hicieron en 2007, aunque luego lo rompieran.

Más compleja es la situación en Navarra, donde UPN, PSOE y Na-bai estarían en un pañuelo con ligera ventaja para los foralistas. El PSOE podría formalizar el acuerdo que no quiso cerrar en 2007 con NafarroaBai e IU. UPN, a su vez, se vería abocada pactar son sus exsocios del PP. Paradojas de la política, Bildu, con sus cuatro escaños, se convertiría en el árbitro.