Frente a frente en la calle La Plaza

Los ocho partidos que aspiran a la Alcaldía de Puerto Real tienen 15 días por delante para convencer a los puertorrealeños que ellos son la mejor opción. Es una carrera de fondo en la que los candidatos saben a conciencia que no hay que tentar a la suerte y saturar a los votantes. Ayer no hubo acto grande en Puerto Real. No vino ningún ministro ni ningún representante fuerte de la oposición, ni ningún líder nacional. Ayer fue el día de hacer calle, de acercarse a los ciudadanos y de dar a conocer el programa electoral en apenas un cruce de saludo. Y no hay sitio mejor para hacerlo que en la calle La Plaza. Afiliados, simpatizantes y candidatos se distribuyeron ayer a lo largo de esta céntrica calle para pedir el voto, ya sea con mesa informativa o recorriendo la vía de arriba a abajo. «Es lo normal», comenta Ramón Raynold. «Es sábado por la mañana y hay que venir hasta aquí para hacer cualquier tipo de gestión». El mercado, los bares, el pequeño comercio, todo está alrededor de la calle La Plaza. Un gran ajetreo al que también se sumaron familias enteras de comunión.

Cerca del mercado, el Partido Por la Reconstrucción de Puerto Real apostó por una campaña más dulce. Su candidato, Francisco Javier Piriano acompañado de los miembros de la candidatura repartieron golosinas con formas de herramientas. «Queremos simbolizar que nuestro objetivo es reconstruir Puerto Real y para ello necesitamos herramientas», explicó Piriano. «Sin duda esta es una zona importante y de hecho muchos partidos tienen su sede aquí».

A pocos metros de ellos, se encontraba José Antonio Barroso (IU) paseando por La Plaza. Él no repartió folletos pero sí lo hicieron algunas de las militantes a todos los que caminaron por la zona. No fueron los únicos ya que algunos afiliados del Partido Popular intentaron hacer la competencia repartiendo el programa electoral de Christian Castaño.

Pero lamentablemente algunos de estos panfletos cayeron en saco roto. Salvador Catalán, un joven puertorrealeño que caminó ayer por la zona afirmó que no suele coger los folletos, «no creo que digan nada que me interese aunque también es cierto que ahora es el momento de repartirlos». Juan Enrique Núñez prefiere guardarlos y «leerlos después en casa aunque en ellos solo hay propaganda. Mucha imagen y poco contenido».