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Las estafas laborales también llegan al Real de la Feria
Tres parados de Jaén con pocos recursos viajaron hasta Jerez atraídos por una empresa que les iba a dar trabajo y que luego nunca apareció
JEREZ. Actualizado: Guardar«En la vida lo hemos pasado tan mal, ni hemos experimentado una vergüenza tan grande, porque ni para comer teníamos dinero y hemos sobrevivido de la caridad». Así contaba su experiencia Ángel, un desempleado de Jaén que sobrepasó hace ya algunos años la cincuentena y que después de toda una vida dedicado a la hostelería se ve en una desesperada situación por la falta de trabajo y porque los poco más de 400 euros que recibe «no dan para mucho».
Por eso, cuando un conocido le dio a él y a dos compañeros, José Luis y Andrés -en una situación muy parecida a la suya-, el contacto de un empresario que estaba buscando personal para trabajar en la Feria de Jerez no se lo pensó ni un momento.
«Cuando hablamos con esa persona nos dijo que buscaba camareros, que se dedicaba a cubrir casi todas las ferias de Andalucía, y que como la temporada empieza ahora nos podría dar trabajo al menos hasta el mes de septiembre», recordaba José Luis, un exalbañil que como sus compañeros prefiere no dar su apellido «porque si esto llega a nuestra tierra nos morimos de la vergüenza», y que es el único de los tres que no cobra ni un euro al mes porque no supera los 45 años que dan derecho a la prestación.
La persona con la que cerraron la contratación les dio un número de teléfono para que se pusieran en contacto en cuanto llegaran a Jerez. Y fue entonces, el pasado miércoles al bajarse del tren, cuando empezó su desagradable odisea que les ha llevado a dormir en los albergues, a tener que comer gracias a la caridad de los ciudadanos y a recurrir a la buena voluntad para recabar el dinero necesario para regresar a su casa.
Y es que en cuanto pusieron un pie en la ciudad y llamaron al teléfono una centralita les derivó a un número 806 al que nadie respondía y que solo consumía minutos y dinero. «Nos han estafado, eso es lo que ha pasado», contaba Andrés, que durante toda su vida laboral se ha dedicado a la hostelería y que explicaba que «con la gente que habrá llamado se habrán forrado, y mientras trabajadores como nosotros se quedan tirados en una ciudad que no conocen y sin dinero».
Cuando se dieron cuenta de la situación recorrieron el Real ofreciéndose para trabajar, pero «todo está ya completo y por más que hemos dado vuelta no ha habido suerte». El rastro de esa búsqueda se veía en sus caras, completamente quemadas por el sol.
En su situación, trataron de recurrir a los servicios de asistencia del Ayuntamiento, pero «nadie nos atendió ni nos dio una solución que nos permitiera volver a casa», explicaba Andrés, mientras Ángel recalcaba que «no cobrábamos los 400 euros hasta el día 10, por lo que hasta entonces tendríamos que dar tumbos por la ciudad».
Finalmente pudieron dormir dos noches en el albergue municipal -«donde nos hemos sentido muy incómodos y poco asistidos», se quejaban- y gracias a una casualidad se pusieron en contacto con varios ediles del PP que se sensibilizaron con el tema y que trataron de que la intervención municipal les solucionara el entuerto. Sin embargo, si han vuelto a casa es porque esos concejales «pagaron de su bolsillo los billeters»