Crecimiento con incertidumbre
España está lejos de alcanzar la velocidad de crucero del 1,3% que pronostica el Gobierno
Actualizado: GuardarEl Banco de España comunicó ayer que la economía española prosigue su «modesta recuperación» con un crecimiento del 0,2% en el primer trimestre y una tasa interanual del 0,7%, esta una décima superior a la del trimestre anterior. Estamos todavía lejos de haber alcanzado la velocidad de crucero del 1,3% que pronostica pertinazmente el Gobierno en sus previsiones macroeconómicas para 2011. Como en los trimestres anteriores, el PIB trimestral fue el resultado de una demanda interna negativa y de la aportación positiva de un sector exterior en expansión que contribuido en un 1,4%. Aquella ha venido afectada por un contexto poco favorable al gasto de las familias caracterizado por un empeoramiento del mercado laboral, la disminución de la riqueza inmobiliaria, unas condiciones crediticias restrictivas, una alta inflación y una trayectoria a la baja de la renta disponible. Entre los elementos positivos que describe el Banco de España, son reseñables una mejor posición financiera de las empresas, una suavización de la contracción en el sector construcción, una notable recuperación del turismo -responsable en parte de la mejora del sector exterior- y sendas mejoras en los servicios y en la industria. Esta situación se enmarca en un contexto de crecimiento económico internacional superior al esperado, según anunció la OCDE el jueves: el crecimiento de las siete primeras economías excluyendo a Japón superará este año el 3% interanual -el 3,7% en Alemania- en la primera mitad de 2011, lo que hace que la recuperación se convierta en autosostenible. La OCDE dibuja también riesgos que amenazan este panorama favorable, y muy especialmente la inestabilidad en el Próximo Oriente y Norte de África, el alza consiguiente del petróleo y las materias primas y la elevada inflación. También genera inquietud la situación de la deuda soberana en la periferia de la Eurozona así como los problemas de los mercados inmobiliarios y la exposición de la banca de algunos países, entre ellos el nuestro. Resumidamente, la crisis empieza a quedar atrás, pero sus secuelas desaparecerán muy lentamente, a menos que aceleremos las grandes y también costosas reformas estructurales..