EL AÑO DE MOURINHO (I)
Actualizado:C uando Black&Decker o como se llame pitó el final del enésimo clásico de esta temporada más de uno experimentamos una sensación de alivio. Se acababan unos duelos fratricidas que, al principio, todos acogimos con enorme entusiasmo, pero que luego han terminado por convertirse en insufribles debido al entorno. La primera gran conclusión es que el Real Madrid ha dado por concluida la campaña. El botín, el título de Copa del Rey, no es para despreciarlo, después de una continuada sequía que ya se estaba alargando demasiado tiempo.
Por tanto, es un buen momento para analizar lo hecho por los merengues ahora que ya casi no se juegan nada en sus próximos envites. El técnico luso, al margen de sus excentricidades, ha devuelto al madridismo la ilusión de luchar por lo máximo en todas las competiciones. Campeones de Copa, se han topado con uno de los mejores Barcelonas de la historia. Y,eso, al margen de los arbitrajes, es algo que debe servir de consuelo a los blancos. La trayectoria ha sido inmaculada en Liga de Campeones. Tras imponerse en su grupo con solvencia no tuvieron problemas para deshacerse en los cruces de Olympique de Lyon y Tottenham. Los franceses eran su tradicional bestia negra los últimos años, lo que demuestra las limitaciones del Real Madrid en los tiempos recientes. En la Copa del Rey volvieron a encontrarse con los de Guardiola y, a partido único, marcaron un gol más que su rival y se llevaron el gato al agua.
Curiosamente en la Liga es donde perdido fuelle antes de tiempo. Con Pellegrini mantuvieron sus opciones intactas hasta la última jornada del Campeonato, algo que dificilmente van a poder repetir en esta ocasión. Quizás, la clave haya estado en los dos pinchazos caseros ante rivales de la mitad inferior de la tabla como Zaragoza y Sporting. Sin embargo, en los enfrentamientos directos al menos han rascado un punto.
P.D. Ya habrá tiempo de hablar del Barcelona y de Guardiola.