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Un avión aterrizando en el aeropuerto de Jerez. :: L. V.
Jerez

Aterrizajes ecológicos en Jerez

Los aviones han empezado a recorrer con la mínima potencia y el motor al ralentí los últimos 180 kilómetros antes de tomar tierra

L. V.
JEREZ.Actualizado:

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) anunció la aplicación, desde ayer, de siete medidas de optimización del espacio aéreo incluidas en el Plan de Ahorro, Eficiencia Energética y Reducción de Emisiones, en el Transporte y la Vivienda, que permitirán el ahorro de 1,4 millones en consumo de combustible.

Las medidas se aplican íntegramente en Andalucía y están enmarcadas en el proyecto de Cielo Unico Europeo para optimizar el uso del espacio aéreo, mediante el establecimiento de rutas mas directas, que reduzcan los tiempos de vuelo. Y entre los aeropuertos afectados se encuentra el de Jerez.

Las medidas permiten habilitar zonas del espacio aéreo militar para vuelos civiles, minimizando los rodeos que hasta ahora se daban en determinados trayectos, pero también flexibilizando la operatividad y estableciendo procedimientos de despegue y aterrizaje más adecuados.

Las medidas que se aplican se basan en la reestructuración del espacio aéreo en los alrededores de la Base de Morón, con el objeto de que el trafico militar de esa base y de la de Rota interfieran lo menos posible en el tráfico civil.

Asimismo, se crearán nuevas rutas más flexibles de salida y llegada para los aeropuertos de Jerez y Sevilla. Y cuatro nuevas rutas o aerovías en el área próxima a Sevilla, que serán utilizadas como alternativa cuando las maniobras militares exijan el cierre de alguna de las que actualmente hay establecidas; y se habilitarán dos nuevas aerovías que mejorarán la conexión de salida y llegada para los tráficos de Jerez, Málaga y Sevilla.

Además, también AENA implanta los llamados aterrizajes verdes o maniobras de descenso continuo en los aeropuertos de Jerez, Almería y Federico García Lorca Granada-Jaén en horario orto-ocaso. Este procedimiento permite a las aeronaves realizar un descenso continuo en la fase de aproximación, recortando un 25% las emisiones de CO2 en cada maniobra y ahorrando un 25% en el consumo de combustible. También se reducen las emisiones acústicas en las poblaciones del entorno del aeropuerto.

Los aterrizajes verdes consisten en recorrer los últimos 180 kilómetros de trayecto con la mínima potencia y el motor al ralentí.