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El municipio busca ahora que su Peña sea declarada Monumento Natural y que eso dé un impulso definitivo al turismo de la localidad que no termina de cuajar. :: A. ROMERO
Jerez

Del tejado a la cola del paro

Arcos padece la pérdida de empleos de la costrucción y el turismo no termina de despegar

ANTONIO ROMERO
ARCOS.Actualizado:

Apurando el último sorbo de un chato de vino. Sentado a la puerta del bar el Faro y viendo la vida de Arcos pasar por delante. «Todo está más apagado en los últimos años», destaca Pedro López, un jubilado de la localidad. Y es que este bello municipio serrano se encuentra prácticamente en depresión desde que las listas del paro decidieron emular a un cohete al que le encienden la mecha y comenzaron a subir de manera prácticamente meteórica.

Casi 6.000 parados, 5.559 según el dato dado a conocer ayer por el Instituto Nacional de Empleo, para un pueblo de menos de 30.000 habitantes son demasiados y eso se nota en la vida que hacen a diario los arcenses, en el comercio y hasta en la alegría que se respira. Antonio García reconoce en su pequeña tienda tradicional del Camino de Bornos que «desde hace unos años se nota que la gente maneja mucho menos dinero». Basta con pasear por la calle Corredera, lugar muy valorado para establecer un negocio, para comprobar como los carteles de se alquila han desbancado a maniquíes, estanterías de gafas o folletos de viajes. Emprender en unas circunstancias como las actuales ha dejado de ser un riesgo para pasar a ser casi un suicidio que pocos están dispuestos a llevar a cabo.

«En Arcos están cerrando hasta los comercios de los chinos», señala Juan Benítez, un parado de la localidad. Y es cierto. Un bazar oriental se hizo con el local que tradicionalmente tenía Motos Erdozain en la calle Josefa Moreno Segura, la tienda de las bicicletas, y éste ya han cerrado, al igual que el Bazar Sol, que se instaló en el antiguo local del Día, de grandes dimensiones. No obstante, estos comercios orientales siguen haciéndose con locales emblemáticos como el de Muebles La Frontera, en la Avenida Muñoz Vázquez.

Mientras tanto, los comerciantes del municipio reclaman mayor implicación de la Corporación que salga del 22 de mayo para revitalizar el comercio tradicional. Andrés Dormido, presidente de la Asociación de Comerciantes Acoar, reclama que se recuperen eventos que «ayudaban a dar vida al pueblo y que se han ido eliminando, como las ferias gastronómica y de muestras o las carpas de verano». También solicitan mayores ayudas a estos comercios y, sobre todo, que «las ayudas que se entregan se hagan de forma más transparente».

El problema estructural del comercio de Arcos y la imposibilidad de que el turismo genere el desarrollo que hace años que se espera, han provocado que el pinchazo de la construcción haya sido una catástrofe mucho mayor para la localidad.

Arcos, a pesar de ser un municipio con unas dimensiones importantes, padece desde hace mucho un mal que le provoca encontrarse a pocos minutos de una gran ciudad como Jerez. Lo comerciantes destacan como un problema que los arcenses no hacen la mayoría de sus compras en la localidad y eso no ayuda a «fomentar el comercio y la generación de empleo en la localidad», destaca Patricia Portier, empresaria arcense.

La falta de empleo y el paro dejó hace mucho de ser la conversación central en bares, tiendas y plazas públicas. Ya ha comenzado a asumirse como normal que nadie tenga trabajo y eso está animando a los jóvenes a buscarse la vida fuera del pueblo aunque «fuera tampoco hay trabajo», destaca un Alberto Ortega un joven desempleado. Atrás quedaron los años en que incluso los adolescentes que dejaban el instituto podían trabajar, sin problemas, en la construcción llegando a cobrar grandes sueldos. En Arcos no era complicado encontrar a albañiles que trabajando de lunes a jueves cobraran tres, cuatro, cinco y hasta seis mil euros. Los trabajos como enconfradores o tejeros daban de comer muy bien al pueblo y servían para mantener numerosos coches de alta gama que se paseaban por las calles del municipio serrano.

Arcos suministraba 'tejeros' a toda la provincia, la Costa del Sol, Sevilla o Huelva. Estas zonas eran destino diario de cientos de trabajadores que ahora tratan de buscar una recolocación que está resultado más que difícil. La localidad se quedaba sin jóvenes cada mañana porque cientos de ellos se trasladaban a diario, de madrugada, hasta la citada Costa del Sol buscando el oro del ladrillo que mantenía la economía local. Pero la burbuja no se pinchó sino que explotó.

Campaña

El paro está presente en la campaña electoral aunque el pueblo no muestra ninguna ilusión porque el resultado del 22 de mayo sea capaz de solventar esta situación. El partido independentista VenT, con Antonio Ortiz a la cabeza, ha sido el que más promesas de empleo ha hecho. En concreto aseguran que en caso de ganar las elecciones pondrán en marcha una serie de proyectos, que no necesitan de ayudas o subvenciones, para crear 2.300 empleos en sectores como la agricultura, la atención a mayores o el turismo, entre otros. Su compromiso, aseguran, es tal que «hemos firmado ante notario que en caso de no cumplirlo nos vamos y dejamos la Alcaldía», destaca el candidato a regidor.

Los partidos mayoritarios son más comedidos en sus promesas y aseguran, tanto el PSOE de Isidoro Gambín como el PP de José Luis Núñez, que crearán las condiciones oportunas para que las empresas desembarquen en la localidad y se cree empleo. Núñez recuerda que el PP fue quien trajo a la Arcos la Central de Ciclo Combinado de Iberdola, el campo de Golf 'Arcos Gardens', el Residencial Lago de Arcos o el centro comercial, entre otras iniciativas, que «aún hoy siguen manteniendo sus puestos de trabajo», destaca Núñez. La apuesta de AiPro, IU y PA es similar, aunque con diferencias de si las iniciativas deben de ser privadas, públicas o público-privadas.

El otro gran problema que tiene la localidad es el de los deslizamientos de terrenos en la zona de la Verbena y Pueblos Blancos principalmente, aunque también afectan a otras zonas como el Paseo de Andalucía, Boliches o Muñoz Vázquez entre otras. Éstos afectan a unas 800 viviendas y requieren de una inversión millonaria para tratar de dar estabilidad a la zona.

A pesar de que todos los partidos políticos están destacando que lo importante es llegar a un acuerdo común para afrontar este gran problema y pedir la implicación de otras administraciones, si que se suceden las visitas a la zona afectada por parte de representantes de diferentes partido políticos. Desde las precipitaciones de finales de 2009, que fueron las que originaron este mal, han pasado por la zona Alfredo Pérez Rubalcaba, José Antonio Griñán, Gaspar Zarrías o Antonio Sanz, entre otras muchos representantes políticos. Los vecinos han celebrado ya dos manifestaciones y solicitan que se garanticen cuantos fondos sean necesarios para solucionar los deslizamientos. De momento, la empresa pública Tragsa ejecuta la primera parte de la obra que financia el Gobierno central y que cuenta con un presupuesto de 900.000 euros. De los fondos para el resto de fases, en principio unos 1,3 millones de euros, no se sabe nada.

La incertidumbre se ha apoderado de esta campaña electoral. No obstante, en todos los sectores políticos se da por hecho que la próxima será una legislatura de pactos.