GOLPE AL TERRORISMO MUNDIAL

EE UU rechaza difundir las fotos del cadáver de Bin Laden

"Siempre habrá tipos que lo nieguen pero la realidad es que nadie volverá a ver" al líder de Al-Qaida "caminar sobre la faz de la tierra", subraya Obama

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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El mundo no verá las fotografías de Osama bin Laden muerto, si se cumple la voluntad de Barack Obama. "Nosotros no somos así, no tratamos estas cosas como trofeos", ha resuelto el presidente de EEUU en una entrevista que CBS emitirá el domingo, citada por la Casa Blanca. Le apoyan en esa decisión la secretaria de Estado Hillary Clinton y el de Defensa Robert Gates, en contra del jefe de la CIA Leon Panetta, que pronto sustituirá a Gates al frente del Pentágono.

La víspera Panetta había dicho en entrevista con NBC que "no creo que haya dudas de que finalmente alguna fotos tendrá que ser presentada al público", lo que no sentó muy bien en el círculo interno del mandatario, según la CNN. Panetta ha ocupado estos días un protagonismo mal visto entre el resto del Gobierno. Su locuacidad ha dificultado aún más las relaciones con Pakistán, un país que según ha dicho no es de confianza pero que resulta vital para continuar la guerra contra Al-Qaida.

Teorías de la conspiración

Obama sabe que a medida que se desmorona el guión del villano cobarde que se escondía tras una mujer y se consolida la realidad del terrorismo de Estado crecen las teorías de la conspiración, que incluso ponen en duda la muerte de Bin Laden. Sin embargo, el mandatario considera que, dado lo "gráficas" que son estas fotos, su difusión "incitaría a la violencia o serviría como instrumento de propaganda", por lo que su publicación "constituiría un riesgo para la seguridad nacional".

"Tenemos la absoluta certeza de que está muerto. No hay duda de que hemos matado a Osama bin Laden", atajó. Lo que le importa no son las dudas esparcidas por el ciberespacio, sino lo que piensan los miembros de Al-Qaida, que dice haber vigilado atentamente. "La gente de Al-Qaida no tiene ninguna duda, así que no creemos que la foto vaya a cambiar nada. Siempre habrá tipos que lo nieguen, pero la realidad es que nadie volverá a ver a Bin Laden caminar sobre la faz de la tierra". A izquierda y a derecha, los miembros del Congreso que han visto la polémica foto secundan su decisión.

Obama sabe mucho de teorías conspiratorias que ha sufrido en carne propia, especialmente con las acusaciones de la ultraderecha que minaban su legitimidad al negar que hubiera nacido en EE UU. Después de dos años resistiéndose a mostrar la prueba de su nacimiento en Hawai para no legitimarlos, Obama acabó cediendo la semana pasada al difundir su certificado de nacimiento. Un camino semejante al que puede atravesar la polémica foto si las dudas sobre la muerte de Bin Laden siguen creciendo. El lunes, cuando todavía no se habían disparado, ya un 56% de los entrevistados en una encuesta de CNN quería ver la imagen del deceso.

Legitimidad de la operación

Han sido las propias contradicciones de altos cargos del Gobierno americano las que han minado la credibilidad de la versión oficial, a las que se han sumado los detalles aportados por la inteligencia pakistaní, que ha interrogado a los testigos que EE UU dejó atrás. El testimonio de la familia de Bin Laden coincide en que el líder de Al-Qaida fue asesinado por las fuerzas de élite estadounidenses alrededor de la 1 de la madrugada del lunes hora local, pero discrepa en los detalles.

Según una hija de Bin Laden de 12 o 13 años de edad que presuntamente presenció la ejecución de su padre, el multimillonario saudí fue asesinado y rematado cuando ya se encontraba en el suelo, tras haber sido capturado. Una versión que la CIA niega rotundamente, aunque su director admite que las posibilidades de Bin Laden de salir con vida eran mínimas. "Si de pronto hubiera levantado las manos y ofrecido ser capturado, obviamente le hubiéramos capturado, pero esa oportunidad nunca se dio", explicó Panetta a NBC. Luego reconoció a otro medio que "tampoco tuvo mucho tiempo. Los SEAL tomaron la decisión en una fracción de segundo". La posibilidad de que ocultase explosivos sobre sus ropas fue clave, pero en realidad lo que tenía cosido a la ropa eran 500 dólares y dos numeros de teléfono, según dijo Panetta a los líderes del Congreso. Un claro indicio de que confiaba en recibir un chivatazo al menos con el tiempo justo para salir huyendo. Poco sospechaba el líder de Al-Qaida que un Premio Nobel de la Paz con fama de indeciso fuera a violar la legalidad internacional para asesinarle en otro país en una noche sin luna sin alertar siquiera a ese Gobierno.

El portavoz de la Casa Blanca ha defendido con contundencia la legitimidad de la operación. "No hay dudas de que la operación era legal. Bin Laden era la cabeza de Al-Qaida, la organización que perpetró los ataques del 11-S de 2001. Al-Qaida y el propio Bin Laden han seguido orquestando ataques contra EE UU. Actuamos en defensa propia de una nación", sentenció.