
«La teoría de Atapuerca no contradice la tesis del norte de África»
El profesro de la UCA José Ramos defiende la idea de que los primeros pobladores de Europa pasaron por el Estrecho de Gibraltar
Actualizado: GuardarUna mandíbula de un 1,2 millones de años encontrada en 2007 en la Cueva de la Sima del Elefante (Atapuerca) ha reabierto el debate sobre la evolución humana y la procedencia de los primeros pobladores europeos. Según la teoría de los investigadores del yacimiento burgalés, dada a conocer la semana pasada, el origen de estos homínidos podría estar en Asia y no en África, como defienden otros expertos.
Entre estos últimos se encuentra el equipo PAI-Hum 440 dirigido por los profesores de la UCA José Ramos y Darío Bernal. Sus evidencias, fruto de diez años de trabajo de campo en la cueva de Benzú, son más que concluyentes. No obstante, Ramos llama a la conciliación. «Las teorías de los científicos de Atapuerca son muy sólidas y certeras pero, con todo respeto y reconocimiento, en este tema el planteamiento debe ser poliédrico». Esto es, las dos opiniones, mejor dicho las dos vías, son igual de válidas ya que la corriente que apoya la teoría del sur hablan de una cronología distinta a la defendida por los investigadores de Atapuerca. Si el descubrimiento de la Sima del Elefante pertenece a una especie con claras analogías con el Homo Georgicus de Dmanisi y es además el fósil más antiguo de la historia encontrado hasta la fecha, no por ello las hipótesis del grupo gaditano dejan de tener fundamento.
Su principal baza es la confirmación de que el Estrecho de Gibraltar más que un obstáculo sirvió como puente para la migración humana. «Las líneas que seguimos confirman el descenso del nivel del mar durante el Pleistoceno, lo que significa que ambos continentes estuvieron entonces mucho más cercanos de lo que lo están hoy», insiste Ramos.
Tecnología lítica
Entre ambos, además, se ha constado la presencia de varias islas de grandes dimensiones, lo que facilitaría más si cabe el trasvase de población. Los otros dos grandes pilares de la defensa de los gaditanos tienen que ver con la fauna y la tecnología lítica. Según las investigaciones, existen claras analogías entre la vegetación halladas en ambas orillas, así como en las piedras talladas y el uso que estos homínidos hacían de ellas. «En este aspecto existe una sintonía sorprendente tanto en lo que nosotros llamamos Modo 1, Modo 2 y Modo 3. Hay que considerar que esa especie de cazadores recolectores vivían entre 25 y 30 años y transmitían a las futuras generaciones sus modos de vida muy rápidamente», subraya el profesor de la UCA.
Su equipo cuenta con otra ventaja para refrendar esta tesis, el tiempo. Frente al veterano grupo de Atapuerca (más de 25 años), los estudios realizados en el abrigo de Benzú son muy recientes. La cueva ceutí es aún un territorio casi virgen y un caldo de cultivo para nuevas pistas. Pistas que, por otra parte, están más que verificadas en otras zonas del Mediterráneo. «Aunque la cronología más antigua la tiene Atapuerca, hay otros enclaves en los que se presume que el paso de los homínidos se produjo por África, por ejemplo, entre Túnez e Italia pasó algo parecido a lo que ocurrió en el Estrecho», insiste Ramos. Para el investigador, aún falta mucho trabajo de campo por realizar. «Durante el protectorado español hubo varios expertos que estudiaron esta zona, pero después todo decayó. A nosotros nos gustó mucho Benzú y además ya contábamos con el buen conocimiento de otras áreas del sur de Andalucía, como la Axarquía o la banda de San Fernando a Algeciras», concluye.