Las tropas españolas vigilan el riesgo de ataques suicidas en Afganistán
La misión en Líbano, las embajadas norteafricanas y la presencia de Al-Qaida en Marruecos preocupan al Gobierno
MADRID.Actualizado:Afganistán, corazón de la lucha contra el terrorismo internacional, según la OTAN, no pasa desapercibido a la muerte de Osama Bin Laden. El temor a la reacción del 'yihadismo' radical ha llegado a todas las partes del mundo amenazadas y, con especial énfasis, a los miles de soldados de la coalición internacional que combaten en territorio afgano desde hace una década.
En este escenario, los 1.500 soldados españoles no son menos y en las últimas horas han extremado las medidas de autoprotección, según confirmó ayer el Estado Mayor de la Defensa. Las tropas temen un incremento de los ataques a las bases o puestos avanzados ubicados en la provincia de Badghis, al oeste del país; la amenaza de artefactos explosivos improvisados mientras patrullan; y las nuevas formas de actuación de la insurgencia, en referencia al riesgo de la presencia de infiltrados en el Ejército Nacional afgano o la aparición de terroristas suicidas, según fuentes militares.
El teatro de operaciones afgano, ya de por sí convulso, coincide además con un incremento de los ataques de la insurgencia por la llegada de la primavera, una vez que el frío y la nieve dejan paso al buen tiempo. Solo en las últimas semanas se han notificado nueve incidentes contra los militares españoles. El último tuvo lugar el pasado viernes, cuando un grupo de insurgentes afganos dispararon contra un puesto avanzado del Ejército español en Badghis sin que se produjeran daños personales.
El Estado Mayor de la Defensa ordenó a su vez aumentar la protección en el Líbano, donde España cuenta con 1.100 cascos azules en la misión de pacificación de la ONU al sureste del país. La revuelta popular en Siria, el desgobierno libanés y la fuerza del movimiento islamista Hezbolá son motivos de preocupación para la cúpula militar española.
Puntos calientes
La muerte de Osama bin Laden llevará a su vez al Gobierno a reforzar la seguridad de las embajadas española en el norte de África, el Sahel, Afganistán y Pakistán. El Ejecutivo se pondrá en contacto con las empresas y cooperantes que trabajan en esas regiones para alertarles de que hay que extremar las medidas de protección.
Por su cercanía, el Ejecutivo pone en el centro de la amenaza a la franquicia de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI). El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordó ayer que España y Marruecos ya han sufrido la acción de AQMI, la última en Marrakech la pasada semana, de ahí que sea necesario mantener el nivel dos (alto) de alerta fijado en octubre, cuando se subió tras recibir información de los servicios de inteligencia de varios países sobre el riesgo de un atentado de origen 'yihadista' en Europa.
Ante este riesgo de atentados, el refuerzo de la seguridad de las representaciones españolas en estos países norteafricanos se hará a través de los servicios españoles o, lo que será «más frecuente», con los correspondientes servicios policiales de las naciones donde se encuentran.
No obstante, Rubalcaba aseguró que no creía que la muerte de Bin Laden supusiera un riesgo adicional para España, en vista de las amenazas que ha proferido a nuestro país el número dos de Al-Qaida, Ayman al Zawahiri, en varios vídeos a lo largo de los últimos años. Pese a todo, el vicepresidente insistió en que «las próximas semanas y meses pueden ser delicados» para los intereses españoles en el extranjero.
El vicepresidente no descartó que en los próximos días pueda haber algún cambio «en las prioridades» para atender «riesgos» de actividades relacionadas con el terrorismo de carácter islamista. «Dentro de ese nivel alto, lógicamente habrá una reconsideración de prioridades con los cuerpos de seguridad que haremos en los próximos días», explicó. Estas decisiones son fruto de la reunión mantenida ayer en la Moncloa con el presidente del Gobierno Zapatero y las ministras de Exteriores y Defensa.