El acusado de apuñalar a su mujer en El Puerto dice que el maltratado era él
La defensa alega que José Luis G. R. sufrió un arrebato que le impidió saber lo que hacía, y solicita que sirva como eximente
CÁDIZ.Actualizado:José Luis G. R, el acusado de asesinar a puñaladas a su exesposa en febrero de 2008 en un asador de pollos de El Puerto y cuyo juicio comenzó ayer en la Audiencia Provincial de Cádiz, se reconoció autor de la muerte, ante el tribunal del jurado que será el encargado de juzgarle. Sería absurdo no hacerlo, pues cometió el crimen ante varios testigos que intentaron pararle. Sin embargo, este hombre de 57 años, que se encuentra en prisión desde hace tres, rechazó que cometiera un asesinato premeditado como se le acusa, y alegó que apuñaló a su expareja -Victoria Martínez, de 49 años-, en un «arrebato» durante una pelea, en la que según él perdió la voluntad y la capacidad de decidir: «Me noté una alteración extraña que no me había pasado antes», afirmó.
José Luis está acusado también de someter a María Victoria durante años a «un infierno» de insultos, vejaciones, opresión y amenazas, según calificó la abogada de la acusación particular -que representan a una hermana de la víctima-, y que lo comparó con «una película de terror». Sin embargo, el procesado no sólo dijo que esto era «rotundamente falso», sino que además acusó a María Victoria de ser quien lo maltrataba a él: «Me insultaba a diario; tuvo la intención de matarme y me amenazó con un cuchillo grande», recordó. Efectivamente, Victoria llegó a ser condenada por amenazas por un episodio parecido y le llegaron a dictar una orden de alejamiento de su expareja a finales de 2007. Pero según la Fiscalía, pudo tratarse de una reacción explosiva ante las vejaciones.
Un hijo de la pareja, que vivía con ella en la misma casa, declaró ayer como testigo que, si bien sus padres tuvieron una «relación tensa», las discusiones eran las «normales» en una pareja y «nunca oyó ningún insulto grave». Ni del padre a la madre, ni viceversa. También negó que su padre pusiera un candado en el frigorífico para impedir que Victoria comiese o que le cortara el agua caliente cuando se duchaba, como se acusa.
La propia fiscal jefe, Ángeles Ayuso, que representa al Ministerio Público durante el juicio, había explicado al jurado que este caso de violencia de género era «especial» porque ni los hijos, ni la familia de Victoria (que vive en Sevilla) se enteró del supuesto maltrato hasta la muerte. «Él la insultaba cuando se encontraban solos y si estaban sus hijos, lo hacía en voz baja», contó Ayuso. Sin embargo, Victoria tenía una confidente: una vecina a la que contaba -según testificó ella ayer- el supuesto calvario por el que pasaba. Esta mujer también la 'refugió' en su casa, situada puerta con puerta con la de Victoria, varias veces en que ella «sintió miedo». Y fue testigo en una ocasión, a través de la mirilla, de los insultos de José Luis.
La Fiscalía pide para el acusado una pena de 22 años de prisión por el supuesto asesinato y el delito de maltrato. Por su parte, la hermana de Victoria y la Junta de Andalucía -personada como acusación popular- solicitan cinco años más por delitos de amenazas, coacciones y maltrato en el ámbito familiar. El abogado de la defensa, en cambio, ha solicitado que su cliente -que estuvo todo el juicio encorvado y con la cabeza agachada- sea absuelto, pues según él asestó las puñaladas (diez en total) bajo un trastorno mental que debe servir de eximente. En todo caso, considera que se trata de un homicidio y no de un asesinato. El jurado popular -compuesto por ocho mujeres y tres hombres- tendrá que decidir si se trata de un delito u otro. El juicio continuará durante toda esta semana.