Islamistas paquistaníes recorren Quetta lanzando eslóganes de condena contra EE UU por la muerte de Bin Laden. :: MUSA FARMAN / EFE
MUNDO

«Un gran día» para los árabes

La mayoría de los países de Oriente Próximo y el Magreb celebran la muerte del líder terrorista, alabada también en Internet

MARRAKECH. Actualizado: Guardar
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«Hoy es un gran día para los árabes y para los musulmanes de todo el mundo», asegura Abdelatif Jaddier mientras levanta su vaso de café a modo de brindis. Las palabras de este oficial retirado de las Fuerzas Armadas marroquíes, que celebra la noticia de la muerte de Osama bin Laden en una cafetería de la plaza Yamaa el-Fna, escenario del último gran atentado terrorista, recogen el sentimiento de muchos árabes, que han sufrido el deterioro de la imagen del islam y de los habitantes de Oriente Próximo y el Magreb a causa de la locura sangrienta de Al-Qaida.

«¿Qué ha hecho por nosotros Bin Laden, que se definía como el defensor de los musulmanes? Nada en absoluto, tan solo ha conseguido que ahora nos miren mal en los aeropuertos y en Occidente se piense que somos unos bárbaros», recalca Jaddier, ante la aprobación de sus contertulios. La guerra contra el terrorismo, sin embargo, no ha terminado, «ni el mundo es más seguro ahora porque Osama esté muerto», añade Abdelfatah Abohu, camarero del Étoile, a pocos metros del café Argana, donde el pasado jueves murieron dieciséis personas, la mayor parte de ellas turistas en un ataque que, aunque aún no ha sido reivindicado, llevó el sello de Al-Qaida.

La figura del saudí, menos presente en el imaginario colectivo de los árabes que en los países occidentales, despierta, sobre todo, rechazo entre los musulmanes, que defienden que la suya es una religión de paz. Sin embargo, las intervenciones en Irak y Afganistán y el drama palestino, del que Bin Laden quiso erigirse como justiciero, han conseguido que su memoria evoque sentimientos contradictorios en algunos.

Lamentos radicales

«En el fondo estoy un poco triste por su muerte», declara la joven Sara Uballa, que se manifiesta en contra de la violencia, pero que considera que el número uno de la red terrorista «solo quería vengar la muerte de mujeres y niños en Palestina. Debería haber recibido un juicio justo». En este sentido se han manifestado grupos como Hamás en Gaza o los Hermanos Musulmanes en Egipto, que ayer declararon estar «en contra del asesinato y a favor de un juicio justo para cualquier criminal, independientemente de los crímenes que haya cometido», señaló la Hermandad en un ambiguo comunicado.

El mensaje en foros islamistas radicales iba más allá. «Puede que Osama haya sido asesinado, pero su mensaje de Yihad nunca morirá. Hermanos y hermanas, esperad y ved, su muerte es una bendición disfrazada», aseguraba un anónimo en un foro islamista, según recoge Reuters. Para el analista político y bloguero Issandr el-Amrani, la muerte del líder de Al-Qaida supone un momento agridulce. «Merecía morir, pero se ha tardado tanto en encontrarlo, a pesar de todos los miles de millones de dólares gastados en inteligencia y equipos de defensa de última tecnología que; para cuando ha muerto, es casi irrelevante para (resolver) los problemas de la región», escribe en 'The Arabist'. Y lanza un deseo que comparten muchos árabes: «esperemos que (su muerte) sirva para dar un giro a la política exterior de Estados Unidos».