Marruecos apunta a la autoría de Al-Qaida
La bomba que mató a 16 personas en un café de Marrakech fue detonada a distancia, lo que descarta el atentado suicida
MARRAKECH. Actualizado: GuardarMarruecos no descarta que Al-Qaida se encuentre detrás del atentado que el jueves sacudió Marrakech y que acabó con la vida de dieciséis personas, la mayor parte turistas extranjeros. Así lo apuntó el ministro marroquí del Interior, Taieb Cherkaui, anoche en rueda de prensa. «El método utilizado recuerda al estilo de Al-Qaida», si bien no excluyó otra posible autoría. «Todas las líneas de investigación siguen abiertas», se había asegurado antes desde el Gobierno, pero la aparición de un vídeo firmado por la rama magrebí del grupo terrorista, que habría sido colgado en Internet tres días antes de la sangrienta acción, ya ponía sobre la pista del grupo comandado por Bin Laden.
La teoría de que el ataque fuera perpetrado por un terrorista suicida la descartó ayer el Gobierno. Según dijeron fuentes de Interior a Efe, la bomba fue detonada a distancia, por lo que cobra fuerza la tesis de que los asesinos depositaron una bolsa con explosivos en la cafetería y abandonaron posteriormente el lugar. La metralla hallada en los cuerpos de las víctimas hace suponer que los autores querían causar el mayor daño posible.
La bomba estaba compuesta por nitrato de aluminio y dos explosivos TATP (triperóxido de triacetona), con fragmentos de clavos de hierro, según señaló Cherkaui, a la agencia oficial MAP. «Ya se sabe quiénes recurren a este modo de actuar», añadió.
Un equipo de la policía científica española especializado en grandes catástrofes se desplazó ayer hasta Marrakech para ayudar en las investigaciones. El grupo, que ha trabajado en otros atentados como el del 11 de marzo de 2004 en Madrid, pasó toda la tarde en la cafetería destruida tomando muestras de restos de explosivo, en una misión de cooperación con las fuerzas de seguridad marroquíes.
Trece identificados
Las fuerzas de seguridad del país magrebí identificaron ayer a trece de las dieciséis víctimas mortales. Entre ellas hay dos marroquíes, dos franceses, dos canadienses y un holandés. Aunque aún no ha sido anunciado de forma oficial, entre los fallecidos también se encontraría una mujer israelí embarazada de seis meses y su marido, ambos residentes en China y que habían viajado a Marruecos de vacaciones para visitar al padre de uno de ellos, según publicó la prensa hebrea. El ministro del Interior francés, Claude Guéant, también aseguró que, de acuerdo con las informaciones de las que disponían hasta ese momento, serían seis los franceses muertos en la explosión. Al menos siete de la veintena de heridos también son de nacionalidad gala, entre ellos cinco miembros de una misma familia.
El Ejecutivo culpó a «personas en el exterior del país y otras en el interior» que se oponen a las reformas y que no quieren que «Marruecos se convierta en un modelo de democracia», según manifestó el primer ministro, Abas el-Fasi, a MAP. Los partidos políticos cerraron filas en torno a la versión oficial del complot extranjero, y apoyaron el proceso de reformas políticas que ha iniciado el rey Mohamed VI presionado por las manifestaciones callejeras que comenzaron el pasado 20 de febrero y que piden más democracia y la redacción de una nueva Constitución.
A las condenas internacionales del brutal atentado se ha unido el grupo islamista Al Adl wal Ihssan (Justicia y Caridad), prohibido en Marruecos pero tolerado. Esta formación fue duramente golpeada por la ola de detenciones que se llevó a cabo tras los atentados de Casablanca de 2003, en los que murieron 45 personas, entre ellas los doce terroristas. En un comunicado, la formación ha asegurado que «el objetivo de este acto es la propagación del miedo y la perturbación de la protesta popular que vive Marruecos».