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ESPAÑA

Rubalcaba cree «legítimo» pensar que ya es hora de abrir la mano con Batasuna

El vicepresidente primero defiende la decisión de recurrir todas las listas de Bildu, pero asegura entender los reparos de Urkullu

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

El Gobierno cree que la amenaza del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de retirarle el apoyo parlamentario si Bildu no está presente en las elecciones del 22 de mayo merece ser puesta en cuarentena. El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo ayer todo lo posible por rebajar la tensión que ha generado en su relación con los nacionalistas vascos la decisión de recurrir todas las candidaturas de la coalición formada por EA, Alternatiba e «independientes» de la izquierda independentista radical. Tanto, que consideró «legítimo» creer que ha llegado la hora de incorporar a la ilegalizada Batasuna de nuevo al juego democrático. «Entiendo lo que dice -señaló Rubalcaba- pero no lo comparto».

La situación del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es complicada. Sabe, y así lo subrayó Rubalcaba no una sino dos veces durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que la percepción de la sociedad vasca sobre los pasos dados por ETA y su entorno o sobre si se debería o no permitir la inscripción de Sortu en el registro de partidos políticos dista mucho de ser como la del resto de los españoles. «Y más aún -apuntó- en el caso de Bildu».

Los socialistas siempre han temido que en el País Vasco cale la sensación de que los esfuerzos por la paz corren a cargo del brazo político de la organización terrorista, mientras el Estado se limita a levantar un muro; algo que, a su juicio, podría poner en riesgo los avances logrados en la deslegitimación de la violencia, incluso en el entorno social de la banda.

El vicepresidente del Gobierno, que lleva muy a gala su capacidad de gestionar este proceso con temple, insistió en su tesis de que lo importante es que la unidad de los demócratas no se resquebraje ahora, cuando estamos, dijo, «en el principio del fin de la lucha contra ETA». Y se mostró convencido de que, en lo que respecta al PNV y a su presidente, así será. «Nunca me ha faltado su apoyo. Por eso, y porque tengo muchas horas echadas con él, sé muy bien lo que piensa, entiendo lo que dice y seguiremos hablando», garantizó.

Su lectura del órdago lanzado por quien iba a garantizar la estabilidad parlamentaria del Gobierno hasta el final de la legislatura se quedó ahí. Rubalcaba no quiso entrar en honduras sobre las razones últimas de los nacionalistas vascos o sobre si se mueven o no por mera estrategia electoral.

Cuestión de «ritmos»

A su juicio, lo único que hizo Urkullu fue mostrar una discrepancia en los «ritmos» con del Gobierno. «Es perfectamente legítimo que haya gente que diga: 'haced un esfuerzo ahora' o 'hay que valorar esto más'», arguyó. «Yo creo que estamos haciendo lo que tenemos que hacer, estamos cumpliendo lo que marca la ley y estamos siguiendo paso a paso los informes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; pero entiendo -insistió de nuevo- que otros crean que hay que hacer las cosas de otra manera, esencialmente, más deprisa».

El número dos del Gobierno remarcó que la diferencia de criterio no se produce solo en el ámbito político. También en el jurídico, según él, hay distintas visiones y una suerte de sensibilidad vasca. Con todo, insistió en que es necesario actuar con cautela porque «aún puede haber sustos e incidentes de recorrido» en el fin de ETA.

Todo en un tono comprensivo y amigable. En su afán por minimizar la reacción de Urkullu, ni siquiera se refirió a él cuando se le preguntó si existen presiones a los jueces de van a tener que resolver sobre las listas de Bildu. Sin apuntar en dirección alguna, admitió que «como las meigas, haberlas haylas». Aunque sí añadió que es «muy malo» para el Estado de Derecho hacer comentarios sobre lo que se hará si los jueces le dan o no a uno la razón porque daña la imagen de independencia de la Justicia.

En todo caso, también pareció aludir al PP (de nuevo sin citarlo) cuando aseguró que lleva tiempo intentando hacer comprender a «algún» partido político «cómo son las cosas». «El Gobierno reitera una vez más: dejemos trabajar a la Justicia», remachó.