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Muere Ernesto Sábato, conciencia de Argentina

El reconocimiento internacional le llegó en 1961 con 'Sobre héroes y tumbas' y la consagración en 1974 con 'Abaddón el exterminador', que completan la trilogía iniciada con 'El túnel' en 1948

DANIEL ROLDÁN
MADRIDActualizado:

Ernesto Sábato, escritor esencial de las letras argentinas del siglo XX y hombre ateo, polémico, defensor de los derechos humanos, desilusionado de la civilización, murió este sábado a poco de cumplir los cien años en su residencia de Santos Lugares. "Se nos fue de noche, es un grande que se va. Hace quince días tuvo una bronquitis y a la edad de él esto es terrible", señaló su Elvira González Fraga, pareja sentimental y confidente durante los últimos quince años de Sábato, que desde hace años vivía recluido en su casa. "Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música", indicó a varios medios argentinos. Sábato logró el premio Cervantes en 1984, convirtiéndose en el segundo argentino tras José Luis Borges en lograr el máximo premio de las letras hispanas. El autor de 'El túnel' y profuso ensayista fue propuesto por la SGAE en 2007 al Nobel de Literatura.

Dicen de Sábato sus biógrafos que a Sábato siempre le marcó el hecho de llamarse igual que sui hermano mayor. Nació en Rojas un 24 de junio y era el décimo hijo de Francisco y Juana. Su hermano mayor, fallecido al poco tiempo, se llamaba igual; pero los padres decidieron que su décimo hijo se llamara igual que el noveno.

Después de estudiar en su localidad natal y en el Colegio Nacional de La Plata, ingresó en la facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la universidad platense. Allí comenzó a tener contacto con los movimientos izquierdas. Sábato fundó el grupo Insurrexit en 1933 y ese mismo año fue nombrado secretario general de la Federación Juvenil Comunista.

A pesar de su implicación política, Sábato comienza a dudar de las bondades del comunismo. Se casa con Matilde Kusminsky y se traslada a Europa para trabajar entre 1938 y 1939 en el Laboratorio Curie de París. Durante esta época francesa, nacerá su hijo Jorge (fallecido en accidente de tráfico en 1985 y que le marcó profundamente) y entra en contacto con los movimientos surrealistas. Antes de que estallase la segunda guerra mundial, vuelve a Argentina con la firme intención de abandonar la ciencia para dedicarse a la pintura y la literatura. Incluso llegó a instalarse en la provincia de Córdoba en una casa sin luz ni agua.

En 1945, Sábato publica su primer libro de ensayos. En el 'Uno y el universo', el escritor argentino reúne varios artículos filosóficos donde critica la neutralidad moral de la ciencia.

Después de este primer libro vendrían 'Hombres y engranajes' (1951), 'Heterodoxia' (1953), 'El caso Sábato. Torturas y libertad de prensa. Carta abierta al general Aramburu' (1956) y 'El otro rostro del peronismo' (1956), que creó una gran polémica entre los intelectuales argentinos por su defensa de la figura de Eva Perón.

Tres novelas

Sábato solo escribió tres novelas. Debutó en el género con 'El túnel', recibido con entusiasmo por Albert Camus y Thomas Mann. El libro, narrado en primera persona, se enmarca dentro del existencialismo imperante en la literatura de posguerra. El autor se sumerge en el alma humana a través de una historia de amor y muerte, donde el pintor Juan Pablo Castel explicará los motivos que le han llevado a querer matar a María Iribarne. Once años después, publicaría la decadencia de una familia aristocrática argentina en 'Sobre héroes y tumbas', obra cumbre de la literatura argentina.

En 1974, salió a la luz la obra novelada más personal de Sábato: 'Abaddón el exterminador'. El propio escritor se encuentra entre los personajes y retoma a algunas de sus creaciones aparecidas en su anterior novela. Este libro le sirvió para recoger numerosos premios, como Consagración Nacional de la Argentina (1975), el Medici italiano (1976) o el premio a la mejor novela extranjera publicada en Francia en 1976. "Mi padre tiene una mezcla disparatada de pensamiento racional con fantástico, uno de los puntos de partida de sus obras. Eso diferencia a un científico que examina con racionalidad el mundo con su contexto y a un creador que lo transforma", dijo su hijo pequeño, el cineasta Mario Sábato, en un reciente homenaje. También recibió la Gran Cruz al Mérito Civil española (1978) y un año más tarde la Legión de Honor francesa. Pese a los reconocimientos internacionales y de transformarse en uno de los íconos populares de la literatura de su país, Sábato descreía de sus dotes de escritor: "Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana".

La obra ensayística de Sábato se completa con 'El escritor y sus fantasmas" (1963), 'Tango, discusión y clave' (1963), 'Romance de la muerte de Juan Lavalle. Cantar de Gesta' (1966), 'Significado de Pedro Henríquez Ureña' (1967) y 'Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre' (1968), 'La cultura en la encrucijada nacional' (1973), 'Diálogos con Jorge Luis Borges' (1976), 'Apologías y rechazos' (1979), 'Los libros y su misión en la liberación e integración de la América Latina' (1979), 'Entre la letra y la sangre' (1988), 'Antes del fin' (1998), "La resistencia' (2000) y 'España en los diarios de mi vejez' (2004).

'Nunca más'

Tras el fin de la dictadura de Videla, el presidente Raúl Alfonsín solicitó a Sábato que encabezará la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). El objetivo era investigar las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura (1976-83) en el llamado Proceso de Reorganización Nacional. La investigación y el informe fueron plasmados en el libro 'Nunca más', que sacudió la conciencia del pueblo argentino.

La Conadep fijó en unos nueve mil los desaparecidos y en 340 los centros clandestinos de detención, aunque también reconoce que la realidad superaría con creces ambas cifras. Este informe permitió el juicio a las juntas militares.

Sábato también mostró en numerosas ocasiones su preocupación por la inhumanidad de las personas, la situación de la infancia y mostró su rechazo al terrorismo etarra. El escritor falleció el día antes de que la Feria de Buenos Aires realizara un merecido homenaje al escritor. Por otra parte, el país entero se preparaba para celebrar el centenario del último gran escritor argentino.