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El madrileño es líder de Revólver desde principios de los 90. :: LA VOZ
MÚSICA

«No me quiero morir sobre el escenario»

El músico inicia mañana en La Isla la gira de su último trabajo, 'Argán', un álbum en el que mezcla el mejor rock con los sonidos africanos Carlos Goñi, Cantante y líder del grupo Revólver

ROCÍO VÁZQUEZ rvazquez@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

Aunque los viejos rockeros nunca mueran, Carlos Goñi tiene claro cual será su final: el aburrimiento. «Nada de morir encima de los escenarios como pregonan las folclóricas», avisa. Larga vida pues a esta figura de la música que desenfundó hace dos décadas su Revólver para disparar temas comprometidos, sociales y, sobre todo, románticos. Ahora se ha aventurado a mezclar sus sonidos de siempre con los de una cultura que le arrebató el corazón hace casi diez años, la africana. 'Argán' es el resultado de meses de trabajo en Marrakech, de ensayos con el mandolute y de baños de cariño al sur. Ha subido un poquito Goñi, geográficamente, y mañana inicia gira en el Real Teatro de las Cortes de San Fernando.

-Estrena disco en San Fernando, enhorabuena.

-Es el primer concierto de la gira y estoy muy contento y muy nervioso, muy nervioso y muy contento.

-Los que lo hayan escuchado no tendrán duda, clara influencia de las músicas árabes. ¿Cómo se gestó 'Argán'?

-Llevo casi una década escuchando música del Magreb y teniendo mucha relación con África, pero hace cuatro años visité Marrakech y la gente me enamoró. Tuve claro que tarde o temprano iba a hacer un proyecto con su música y la mía. El plan es anterior a '21 gramos', pero todavía había mucho que aprender.

-Sí, ha tenido que empaparse mucho de la cultura magrebí, tanto que ha aprendido a tocar el mandolute...

-Es un instrumento argelino, no muy antiguo. Los temas no cogieron empaque hasta que no trasteé con él. Cuando me llegó a casa y lo probé sentí una alegría enorme.

-¡Habla de los instrumentos como si fueran personas!

-Es que son como ellas. Pasa como con las personas, en diez minutos puedes tener química, o no tenerla en toda la vida. En líneas generales, los instrumentos no son esquivos ni desagradecidos.

-¿Qué es lo que tanto le enamoró del norte de África?

-Allí son muy dulces, te tratan con mucho cariño y viven la vida en calma, necesitan poco para pasar un rato agradable, tienen muchísima vida interior. Aquí todo eso se está perdiendo por culpa de ir tan rápido. Además, he descubierto a personas que tienen una cultura descomunal. Desde luego, el nacionalismo se cura viajando.

- Hasta el nombre del título lo ha extraído de estas experiencias, ¿qué es 'Argán'?

-Es un arbusto que solo crece en la costa y del que sale un aceite que dicen es el más caro del mundo. Es un árbol muy curioso que se asemeja mucho a mi carácter.

-¿En qué?

-Cuando lo plantan en otra zona, se muere. No lo puedes cambiar donde tú quieres y cuando quieres, es el árbol el que decide. Yo en general estoy donde quiero estar. Además, sus frutos solo valen cuando han caído al suelo. Eso me da que pensar que las cosas están a su debido tiempo. Otra cosa, solo lo pueden manipular mujeres, ¡qué suerte! (risas).

-¿Le ha hecho modificar este viaje interior el contenido de sus letras?

-No. Hay canciones que hablan de inmigración, algo que no me ha costado por la experiencia de mi familia. También tocan la religión y, en general, las relaciones entre las personas.

-Las baladas son imprescindibles en su producción. Después de tantos años, ¿no le resulta difícil cantarle al amor?

-No, porque para hacerlo solo hace falta estar enamorado y yo lo estoy hasta los tuétanos. En este álbum hay una de ellas, 'Princesas y mendigos', creo que es la letra más bonita que he escrito nunca. Lord Byron decía que para escribir de amor o se debe estar muy enamorado o ser muy desgraciado.

-¿Se considera un cantante de mensajes?

-Creo que no soy de dar mensajes, solo digo lo que pienso y como veo la vida. Estoy seguro de que hay una verdad para cada persona.

-Este año cumple 50 y más de la mitad dedicados a la música. Como rockero español, ¿es de los que piensan eso de que hasta que el cuerpo aguante?

-No soy como las folclóricas, como esos que dicen que se quieren morir encima del escenario, yo me quiero morir en el Caribe (risas). No tengo ganas de estar hasta los 70. Hoy por hoy no me planteo dejarlo porque me lo paso tremendo, pero el día que me aburra o esté muy cansado lo dejaré, haré menos o me dedicaré solo a escribir.

-Por cierto, mejorando lo presente, ¿qué otros grandes del rock son dignos de mencionar?

-Mi opinión es que Eric Clapton, Jagger o Bob Dylan, entre otros, tienen más o menos la misma edad y dentro de 10 o 15 años empezarán a desaparecer. Entonces el mundo no será ya igual.

-¿Algún español al que rescatar?

-Miguel Ríos no tiene recambios, habría que apreciarlo mucho más. También Rosendo, es un tipo insustituible.

-Con medio siglo, lo suyo no es precisamente el típico fenómeno fan. Eso sí, tiene una nutrida legión de seguidores, ¿le preocupa captar al público juvenil?

-Tengo la suerte de que tengo fans de todas las edades, pero es algo que me lleva ocurriendo desde el principio, es un honor que me acompañen en este viajecito. Es fantástico, soy muy afortunado. Yo no hago nada para tener más seguidores, lo único que intento es tomarme cada concierto y trabajo como el primero y como el último de mi vida.

-¿Es 'Argán' el mejor trabajo de su carrera?

-No lo sé. Eso sí, es el disco que más satisfacciones me ha dado y el que más me ha aportado durante la grabación. No tendré suficiente para agradecer todo lo que me ha beneficiado, creo que me ha hecho ser mejor persona.

-Y aunque esté de estreno, ¿piensa en el próximo proyecto?

-El mundo es enorme y proyectos tengo miles. Estamos vivos en la medida que tenemos proyectos, pero de esos en los que estás decidido a ir a por ellos. Unos me saldrán mejor y otros peor, pero no importa, de lo que se trata es de ser feliz con lo que haces.