«El que me llame pesebrero que venga y vea cómo vivo»
El autor de 'Tasio' estrena el próximo viernes 'No tengas miedo', una cruda denuncia de los abusos sexuales a menores Montxo Armendáriz Director de cine
MADRID.Actualizado:'No tengas miedo' demuestra lo poco que sabemos de los abusos sexuales en el seno de la familia. No hay gritos ni violencia en la caricias de ese padre calmoso que encarna Lluís Homar. La madre (Belén Rueda) se limita a mirar para otro lado, ignorando que a su niña (Michelle Jenner) le han destrozado la vida. Lo más terrible es el complejo de culpa que la acompañará siempre. «Se ejerce la dominación, una violencia psicológica, no física. Las víctimas se culpan porque piensan: 'Si nadie me forzó...'. Es muy fácil manipular a un niño sin capacidad de discernimiento».
Montxo Armendáriz (Olleta, 1949) todavía cree en un cine «necesario» que mire a su alrededor y no a la taquilla. Sus siete largometrajes han rendido testimonio de un carbonero navarro, los emigrantes sin papeles, la generación Kronen y el maquis. Fiel a su estilo limpio y pudoroso, el autor de 'Secretos del corazón' estrena hoy algo tan exótico como una película con conciencia social.
-¿Conoció a abusadores en el año y medio de investigación para escribir el guion?
-La mayoría son personas normales y corrientes, casi todas víctimas de abusos. Repiten algo que consciente o inconscientemente se les quedó grabado. Es como el que tiene una tara mental: no quiero robar pero robo, no quiero matar pero mato. Tienen que cumplir las condenas que impone la ley, pero también necesitan ayuda psicológica. Yo no soy partidario de estigmatizarlos ni de hablar de monstruos.
-Un especialista le advirtió de que en su búsqueda de dinero para rodar el filme se encontraría con algún abusador.
-El abuso es siempre un ejercicio de poder, se da en las clases bajas y en las altas. Para encontrar financiación tuve que tratar con mucha gente, y me encontré con abusadores, es algo lógico. Esas personas no estaban a favor de la película.
-¿Le gustaría que 'No tengas miedo' provocara el mismo efecto que causó en su día 'Te doy mis ojos' respecto a los malos tratos?
-Sin duda. La misión de la película es dar voz a las víctimas silenciadas que no se atreven a contar lo que les ha ocurrido por culpabilidad, vergüenza y frustración. Quiero que se sientan acompañadas, que seamos su altavoz. Porque el cine no sólo debe servir para entretener, ha de reflejar la realidad.
-Toca un tema tabú.
-Sí, la sociedad mira para otro lado. A diferencia del maltrato, las víctimas de abusos apenas cuentan con ayudas. Existe la Fundación Vicki Bernadet, asociaciones privadas en muy pocas ciudades... Pero no hay programas del ministerio, ni líneas telefónicas de ayuda, ni programas de prevención en las escuelas. El abuso sexual en la infancia se asocia a la violencia de género, y no tiene nada que ver.
-Han pasado seis años de 'Obaba'. Se va a encontrar con un panorama en el cine muy distinto.
-Hay que ir adaptándose a las nuevas formas de consumo del cine. Padecemos un gran hándicap respecto a años anteriores. Cada vez más hay dos extremos: un cine comercial, que parece que es el único que hay que hacer, y otro para festivales, al margen de la comercialidad. Los dos tienen que existir, pero hasta hace muy poco había un término medio en el que nos movíamos muchos directores que consideramos que el cine tiene que servir para algo más. Esta película sin público es un absoluto fracaso. No me interesa que tenga éxito comercial si no genera un debate social. Podría haber hecho otra mucho más morbosa y que diera más dinero. Y también otra más seca, sólo para festivales, sin salida.
La política
-¿Cree que el público español ha perdido el respeto a sus cineastas?
-No ha de tenernos respeto, no somos mejores ni peores que otros. El cine refleja lo que ocurre en la sociedad. Hoy el extremismo también se da a un nivel ideológico y político: o eres blanco o negro, o estás con éste o con el otro. Todo el mundo critica a todo el mundo.
-Pero esa inquina al cine español...
-Se ha fomentado porque nos posicionamos y se cometió el gran error de verlo como una politización, cuando sólo eran posturas personales. Hay que valorarnos por el cine que hacemos. Los medios han tenido mucho que ver, con independencia de que hayamos cometido muchos errores. También ha habido campañas sobre el aborto o sobre ETA porque interesa que se centralicen allí las críticas.
-¿Cree que Enrique González Macho, nuevo presidente de la Academia y distribuidor de su película, tiene una ardua tarea por delante?
-Sí. Enrique tiene tablas, es tranquilo y le auguro todo lo mejor. Ojalá consiga que cambie la imagen que damos los del cine y se nos valore por lo que hacemos y no por lo que algunos dicen.
-Usted es muy activo en Facebook y acaba de abrir cuenta en Twitter. ¿Cómo recibe que le llamen pesebrero subvencionado?
-Lo que me sienta mal es el insulto no razonado. Que critiquen mi cine me sentará más o menos bien. Hasta aprenderé de las críticas. Pero en las redes sociales -ese gran hallazgo-, existe el anonimato y el desahogo del que se siente frustrado. Que digan que soy un subvencionado, un privilegiado, un pesebrero, cuando ésta y mis anteriores películas las he hecho con mucho sufrimiento, ganando poquísimo, exponiendo mi piso y arriesgándome a perder lo poco que tengo... Que venga cualquiera y vea cómo vivo.