«Lo único que pido es que haya vigilancia y que respeten a los míos»
JEREZ.Actualizado:Como cada día desde hace años, Ana Romero se tomaba ayer un descanso durante su visita diaria al cementerio de Jerez. Y lo hacía sentada en uno de esos banquitos de la entrada que tuvieron que construir los propios trabajadores «echándole imaginación y ante la falta de respuesta a las peticiones que hacíamos al Ayuntamiento», como recalcaba uno de ellos.
Ana tiene enterrados en el camposanto no solo a sus padres, que murieron ya a edades avanzadas, sino también a su hijo Juan Antonio, que falleció hace pocos años con apenas 41. Y por eso no pasa un día sin que vaya a visitarlos.
Y últimamente se está llevando la desagradable sorpresa de que «cuando vengo veo que han arrancado las flores que le he puesto, o que han sacado los jarrones o se han llevado los adornos de la lápida». «Esto pasa porque no hay vigilancia, porque los trabajadores de aquí ya no pueden hacer más de lo que hacen y en este recinto tendría que haber vigilantes de día y de noche», apuntaba esta anciana que insistía en que «cuando entro por la puerta se me cae el corazón, y yo lo único que pido es que me respeten a los míos, porque esto es un camposanto».
La plantilla de la necrópolis jerezana admite que las quejas de Ana no son aisladas, sino que son muchos los familiares critican la falta de vigilancia, pero también el hecho de que no haya escaleras de seguridad o medios para poder arreglar el lugar en el que descansan los suyos.
Ana decía ayer que ya estaba harta, y advertía de que «si hace falta voy a recoger firmas para pedir que esto mejore, porque estamos hartos de pedir una solución ante esta profanación». «Me voy a ir a la puerta de la alcaldesa, y de ahí no me voy a ir hasta que me metan presa», apostillaba ayer antes de añadir que «seguro que todo Jerez firmaría, todos tienen aquí a alguien querido».