Réquiem por el cementerio
Los trabajadores hablan de falta de medios y de personal, y explican que «hasta los familiares nos han tenido que ayudar a enterrar a los suyos». Protestas de la plantilla por el abandono de las instalaciones y la próxima privatización
Jerez Actualizado:La primera sensación del malestar que tiene la plantilla del cementerio de Jerez con el actual equipo de gobierno llega ya en el aparcamiento del camposanto, donde grandes pintadas en el muro de las instalaciones lanzan mensajes como «Con los muertos no se negocia, y el gobierno negocia».
Esa frase contundente es muy parecida a la que ayer lucía en la pancarta que portaban los empleados del cementerio que se manifestaron a las puertas de este recinto acompañados por los delegados sindicales de la CGT, y en la que se podía leer «La alcaldesa no cumple ni con los muertos».
Como portavoz de la docena de empleados del camposanto habló ayer junto a la pancarta el secretario comarcal de CGT, José García, que dejó claro que la movilización de la plantilla responde a un doble motivo: por un lado denunciar el proyecto de privatización de las instalaciones, y por otro reprochar el estado de abandono de la necrópolis donde «faltan personal, medios y mantenimiento».
En este sentido, García dejó muy claro que la CGT se opone frontalmente a la concesión de este servicio a una empresa, y recalcó que «no aceptamos que el Ayuntamiento negocie con algo tan serio como el cementerio, sobre todo porque hay muchas dudas al respecto de la privatización, no hay datos de la empresa que vendrá y ni se sabe si ese movimiento acabará provocando un encarecimiento de los servicios que ahora se prestan».
Al hilo de lo anterior, la asesora jurídica de CGT, Nieves Calvillo, recordó ayer que «el paso para la privatización está dado porque el gobierno local lo aprobó en pleno, y salvo que haya un cambio de gobierno no será posible que se dé marcha atrás».
Respecto al abandono de las instalaciones, los líderes sindicales no dudaron en afirmar que hace ya seis años que el Ayuntamiento no toma medidas y está dejando que «el cementerio se caiga poco a poco».
Esa imagen la reforzaron algunos de los 12 empleados que hay ahora mismo en las instalaciones, que se quejaron de que no dan abasto para cubrir todas las tareas que tienen por delante y que van desde el cuidado de los jardines y el mantenimiento de las instalaciones (barrido y limpieza del camposanto, pintura, arreglos, etc.) al traslado de los cuerpos y las reducciones en las tumbas. Y todo ello «sin planes de salud laboral pese al riesgo que suponen algunas tareas».
Según explicaron ayer algunos de ellos durante un recorrido por la peor cara del cementerio, en la que predominaban los nichos con paredes desconchadas en las que ha crecido hasta vegetación o jardines en mal estado, si un equipo de Infraestructuras se desplazara a la necrópolis jerezana durante un mes «podrían arreglar todo y adecentar lo que ahora está imposible».
Pero pese a sus quejas no hay solución ni para los desperfectos, ni para la falta de papeleras (han reciclado las viejas), ni para la ausencia de elevadoras para los enterramientos. «A veces, entre la falta de personal y de medios, hemos tenido que pedir a los familiares que vienen al entierro que nos ayuden a bajar a los suyos. Eso es feo y doloroso», recriminaba un empleado.