Falcao destroza el sueño
Los de Juan Carlos Garrido pecaron de falta de físico ante un rival muy superior en todas las facetas que les pasó por encima en el campo Cuatro goles del delantero del Oporto tumban a un flojo Villarreal
OPORTO. Actualizado: GuardarRecital del Oporto en la segunda mitad y 5-1 que se trae de vuelta a casa el Villarreal. Con esta frase se resume un pésimo partido de los españoles en tierras portuguesas. Cuarenta y cinco minutos para olvidar que convierte en quimera el sueño de una final europea para el 'submarino amarillo'. 'Invicta Cidade' -Ciudad invicta- reza en el lema de la localidad de Oporto presumiendo de su pasado guerrero lusitano. De ahí que a su equipo de fútbol se le conozca en Portugal como un conjunto basado en la fuerza y la contundencia propia de su tierra. Quizá por ello el Villarreal saltó al césped con miedo, pareciéndose en fases del partido al equipo de la Liga: sin temple, con las ideas poco claras. Sin corazón.
La oportunidad inicial de Nilmar, quien eligió la decisión errónea cuando se plantó solo ante Helton, fue un espejismo. El Oporto, con su tridente Hulk, Falcao y Guarín eran dueños y señores del centro del campo. Borja Valero volvió a ser ese tipo guadianesco que de vez en cuando mezcla genialidades con sombras de mal jugador. Rossi era una isleta perdida. Sólo la defensa villarrealense parecía tener las ideas claras: fuertes atrás con la ayuda de Marchena y a esperar un contragolpe de sus hombres con más calidad. Cuando mejor estaba el Oporto llegó la sorpresa. La primera auténtica jugada de calidad, con estilo propio del Villarreal, dio sus frutos en el minuto 45. La triangulación perfecta de Borja Valero y Nilmar la aprovechó Cani para llevar la alegría al escaso centenar de seguidores amarillos en las gradas.
Todo iba bien para encarar la segunda mitad. Pero un error infantil de Diego López nada más empezar precipitó el comienzo de la tormenta lusa. Desde el punto de penalti Falcao no perdonó el primero de sus cuatro tantos de la noche. De la presión del empate no supo desquitarse el equipo. Algo que vio a la perfección Vila-Boas quien mandó a sus hombres al ataque, a pesar de dejar desguarnecida la defensa. Eso no importó ya que Guarín primero, y después Falcao, dejaron en seis minutos sentenciada (o casi) la eliminatoria. Dos fallos defensivos de un Villarreal, eso sí, provocados por un extraordinario que todavía se estarán preguntando cómo se les ha podido escapar un partido que tenían controlado.
La noche goleadora de Falcao, marcando el cuarto tanto con un espléndido remate de cabeza, fue la firma final de un sentencia a muerte para los de La Plana. Restaba entonces un cuarto de hora para el final, pero Garrido ya vio que todo estaba perdido. Para colmo, de nuevo Falcao apuntilló con el quinto.