El Villarreal reta al campeón luso
El cuadro portugués es el gran favorito de la competición, pero el excelente equipo de Garrido está convencido de dar la campanada Los amarillos confían en que el bajón liguero no pase factura contra el Oporto
CASTELLÓN.Actualizado:Dos minutos para el final del partido. Riquelme coloca el balón en el punto de penalti, pone brazos en jarra, escucha el pitido del árbitro, dispara y Lehmann bloquea el tiro. El colegiado pita el final y en La Plana todo son llantos en cada esquina de la ciudad. Casi se diría de España y Europa, ya que el Villarreal en aquellas semifinales de 'Champions' era el favorito de medio mundo.
Fue en aquella temporada 2005-06, cuando los amarillos empezaron a ser considerados grandes de Europa. Y hoy, cinco años después de aquel tortuoso fallo de Riquelme, la historia vuelve a dar una oportunidad al equipo que entrena Juan Carlos Garrido. No es la Liga de Campeones, es cierto. Pero la 'Europa League' no es un torneo de segunda división precisamente. Además que el rival, el Oporto, campeón de la liga portuguesa, da más caché si cabe.
Algunos dicen que es la final anticipada. Otros que es el partido más espectacular que se puede dar hoy día en la 'Europa League'.
Los portugueses son claro favoritos, a pesar de que el Villarreal cuenta en sus líneas ofensivas con hombres todavía más en forma. Rossi y Nilmar no tienen nada que envidiar a la pareja de atacantes lusa, Hulk y Falcao. Borja Valero y Marchena, junto a la ayuda de Cazorla, tienen en el centro del campo más presencia que sus homólogos del Oporto, Moutinho y Fernando. Todos los jugadores que saltaran al estadio Do Dragao se pueden ver reflejados, tanto por experiencia como por calidad, en los contrincantes que tendrán enfrente suya.
La clave del encuentro estará en el banquillo. Villa-Boas, el considerado como 'nuevo Mourinho', es el alumno aventajado del hoy entrenador madridista. Tiene los conceptos muy claros, pero, al contrario de su mentor, a él sí le gusta el juego de ataque.
Siempre partiendo de una fuerte defensa, el club portugués suele convertir sus partidos en auténticos correcalles. Los valencianos llegan con el hándicap psicológico de la Liga, pero si algo han demostrado los castellonenses es que tienen una esquizofrenia particular en Europa, donde cambian totalmente la imagen del equipo y se vuelven ese conjunto fuerte y seguro que sorprendiera años atrás.