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Una hora de lluvia y granizada deja importantes destrozos

Las precipitaciones origina una riada en el Camino de la Estación que afecta a varias viviendas y obliga a rescatar a varias familias

Antonio Romero
Actualizado:

«El tiempo está loco». Un vecino de Setenil de las Bodegas mostraba ayer su asombro por lo que unas horas antes había sucedido en la localidad. La noche del lunes una tremenda tormenta sorprendió a propios y extraños, descargando unos 40 litros por metro cuadrado y una importante granizada en menos de una hora algo que, apuntaban, «no se ha visto por aquí en la vida».

El chaparrón, además de coger desprevenidos a los vecinos, causó numerosos desperfectos sobre todo en la zona más alta del pueblo, ya que se produjo una riada que causó daños en infraestructuras y carriles. El Camino de la Estación se convirtió en pocos minutos, a eso de las 21.30 horas, en un río de lodo y barro que arrastraba todo lo que pillaba a su paso. Esto obligó a incluso a rescatar y desojar a algunas familias que pasaron la noche con el corazón en un puño, ya que el agua provocó daño en sus casas. Ayer era día de hacer balance y comprobar los daños que esta tormenta dejó en el municipio.

Las lluvias torrenciales dejaron atrapadas a tres personas en su casa. La vivienda quedó rodeada por un caudal desbordado de agua en la zona de Mata Vargas, que obligó a la Guardia Civil a realizar un rescate in extremis en colaboración con los bomberos. Los vecinos alertaban de que una casa se había inundado y sus ocupantes no podían salir de ella. Según el relato que hicieron los agentes, el peligro iba en aumento en cuestión de segundos y decidieron formar una cadena humana hasta la puerta, agarrados de una cuerda, para poder sacar a dos mujeres y un niño de cuatro años. Antes de formarla, varios agentes habían conseguido colarse en la vivienda a duras penas para comprobar el estado de los vecinos, informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno. Estos guardias sacaron a cuestas a los tres ocupantes y agarrados a la cuerda, pudieron salir de la zona y trasladarlos hasta otra vivienda propiedad de la familia. El rescate fue dificultoso pero esta vez tuvo un final feliz.

La riada también provocó la pérdida de 4,5 metros de una tubería que lleva agua desde el sondeo hasta los depósitos, por lo que el municipio estuvo unas cuantas horas sin agua. No obstante, el suministro se reestableció a primera hora de la mañana de ayer, según destaca el Ayuntamiento. Personal de Diputación, bomberos y vecinos se afanaron durante toda la jornada para quitar barro, recuperar algunos animales muertos y hacer que todo volviera a la normalidad. Además, el Ayuntamiento recibió ofrecimiento de algunos vecinos, como los alumnos de una escuela taller y un taller de empleo, que no tuvieron que actuar porque los medios que se emplearon fueron suficientes para volver pronto a la normalidad.

El alcalde de la localidad, Cristóbal Rivera, recordaba ayer que en la zona «se suelen dar importantes tormentas eléctricas como esta pero ahora el cielo se nos vino encima en muy poco tiempo». El regidor destacó la gran respuesta que dio el dispositivo de limpieza que se puso en marcha, conformado por bomberos y operarios, y que «logró devolver la normalidad en algún negocio y unas cuantas viviendas». Rivera destacó que «por fortuna no hemos tenido que lamentar daños personales y además las viviendas no se vieron perjudicadas en su interior sino que sólo se vieron dañados algunos muros exteriores».