¿Existe la gripe del estómago?
Cientos de virus atacan nuestro sistema digestivo año tras año
Actualizado: GuardarS on miles, lo que impide que nuestro organismo se inmunice frente a todos los serotipos, y sus nombres científicos –astrovirus, adenovirus, rotavirus, Norwalk– incitan a pensar en enfermedades raras y poco frecuentes. Los virus culpables de la mal denominada ‘gripe estomacal’ no son devastadores, pero mandan a casa al 70% de la población adulta cada temporada invernal y provocan ingresos hospitalarios cuando atacan a niños.
A pesar de esa elevada incidencia, y al igual que ocurre con la gripe, por ser viejos compañeros del ser humano se les tiene poco ‘respeto’ cuando con un acto tan simple de higiene como lavarse las manos antes de manipular alimentos o tras ir al baño se podrían prevenir sus molestos síntomas.
Todos estos microorganismos generan una infección en el sistema digestivo inflamando el intestino y el estómago. De ahí las náuseas, los vómitos, las diarreas y el dolor abdominal. Los expertos consultados consideran que estos síntomas son los propios del contagio, aunque hay signos que avisan de complicaciones graves, como la boca seca, la piel poco elástica, los ojos hundidos o la fiebre alta. Alertas graves en el caso de niños, ancianos o enfermos crónicos, que protagonizan los ingresos hospitalarios por gastroenteritis víricas. Desde la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) recuerdan que las diarreas que degeneran en deshidratación severa son la primera causa de muerte infantil en los países del tercer mundo.
Pero no hay que minimizar sus poder de contagio aunque uno habite en el mundo desarrollado. En España el poco famoso virus Norwalk ha generado crisis de salud pública que han acabado en las portadas de los periódicos. Más de medio millar de pasajeros del crucero británico ‘Aurora’ fueron infectados por el Norwalk en 2003. Como medida preventiva, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, ordenó el cierre de la frontera con Gibraltar, donde atracó el ‘Aurora’, hasta que remitiera la epidemia. Esos días la sociedad española se preguntaba qué es el Norwalk.
Pues este virus, o norovirus, pertenece a la familia de los ‘Caliciviradae’ y fue identificado en la década de los 70. Fue aislado por primera vez en la localidad de Norwalk, en Ohio (Estados Unidos), a partir de un brote. De ahí procede su nombre.
El norovirus o tipo Norwalk es el más frecuente entre la población adulta entre toda la gama de microorganismos víricos que atacan al sistema digestivo. En el caso de los niños, los rotavirus son los culpables de sus continuas gastroenteritis. El doctor José María Molero, del Grupo de Enfermedades Infecciosas de Semfyc y médico de familia en Villaverde (Madrid), aclara que el tipo Norwalk produce gastroenteritis en los adultos, mayoritariamente, y su contagio es por vía feca-oral (falta de higiene) o al comer alimentos infectados o beber agua potable contaminada en viajes. Están activos todo el año y no existe vacuna contra ellos, lo que junto a la cantidad de serotipos existentes imposibilita inmunizarse. Es más: al igual que el virus influenza (gripe) muta cada temporada para engañar a nuestras defensas y contagiarnos una y otra vez.
El calvario de los padres, los rotavirus que se transmiten los pequeños en cadena en guarderías y colegios o entre los hermanos, son los causantes de entre el 30% y el 50% de las diarreas infantiles que requieren hospitalización por deshidratación aguda. Son más frecuentes en período invernal y en menores de 3 años. Existe vacuna, pero no se incluye en el calendario infantil.
¿Cómo podemos diferenciarlo de una gripe? El doctor Molero señala como síntomas gripales característicos el dolor y la congestión nasal, además de que las molestias se sufren durante más días.
Presión asistencial
En el caso de las gastroenteritis víricas, se resuelven en el plazo de 48 horas, como promedio, lo que dificulta contabilizar estadísticamente las ausencias laborales que acarrean en las empresas dado que no es necesario para el trabajador solicitar una baja.
Eso sí: si un empleado se cotagia, al día siguiente se inicia la cadena de infecciones en la plantilla y a cada trabajador afectado hay que calcularle un mínimo de dos días de descanso en casa. Ni qué contar cuando el virus entérico ataca en la guardería, donde los niños chupan todos los objetos y se los pasan entre ellos continuamente.
No obstante, Molero calcula que estas infecciones suponen la cuarta parte de las consultas que atienden los médicos de familia entre diciembre y marzo y en picos de epidemia vírica, el porcentaje de asistencias en Atención Primaria alcanza al 10% de los pacientes.
Una actividad asistencial que en el caso de los pediatras se ha intensificado este invierno, como apunta Manuel Sánchez-Solís de Querol, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia; el segundo centro del país en número de nacimientos detrás de La Paz, en Madrid. De septiembre a marzo se han registrado en La Arrixaca 55 hospitalizaciones de menores aquejados por una gastroenteritis aguda, de los que 37 fueron producidas por rotavirus.
Los motivos pueden ser varios, como subraya el doctor Sánchez Solís de Querol. «Es evidente que hemos atendido más ingresos por deshidratación aguda provocada por gastroenteritis vírica, pero también es posible que lo hayamos percibido con mayor intensidad al tener menos casos de gripe que el año anterior. Otra posibilidad es que la tasa de vacunación contra el rotavirus haya disminuido bastante después de la alarma que se generó al detectarse la FDA (la agencia de medicamentos estadounidense) residuos de virus porcino residuos un virus porcino en los preparados y suspenderse la comercialización. Eso pudo disuadir a padres y pediatras y redundar en que entre los niños nacidos entre 2009 y 2010 haya menos que hayan sido inmunizados».
Este experto en salud infantil defiende a ultranza la eficacia de la vacuna, una vez superado aquel fallo y al estar actualmente avalada tanto por la Agencia Española del Medicamento como por su homóloga europea. Por eso recomienda aplicársela a los menores: «Si evitas al niño un ingreso hospitalario, el precio de la vacuna es un chollo». Se inocula en tres dosis entre las 6 y 24 semanas de vida del lactante y el precio de venta ronda los 93 euros, que no están cubiertos por el sistema público de salud.
¡No me tosas!
«La gente se sorprendería de la cantidad de infecciones y enfermedades que evitarían con sólo lavarse las manos con frecuencia, sobre todo antes de comer, tocar alimentos o tras ir al aseo». Tan sencillo como eso, recalca José María Molero. Por contra a lo que se presupone de la ‘gripe estomacal’, el contagio más frecuente se produce a través del contacto de objetos y alimentos, no tanto porque tosa cerca una persona infectada por uno de esos incómodos virus entéricos. Estos gérmenes persisten bastante en el ambiente, por lo que el método para esquivarlos más eficaz es la higiene básica: jabón y agua caliente.
CONSEJOS PRÁCTICOS
1 No tome antibióticos porque son ineficaces frente a los virus
2 No administre antidiarreicos a los menores de edad
3 Tampoco es beneficioso darles refrescos de cola o con burbujas, zumos de frutas ni helados
4 Las bebidas isotónicas están indicadas para adultos, pero a los niños se les debe administrar soluciones de reposición adquiridas en farmacias