Alcalde en dos periodos distintos, pero sin mayoría en las urnas

Biológo y profesor de Secundaria en el IES Fernando Quiñones de la localidad, Román cumplió 53 años el pasado lunes. Con fama de buen gestor pero un perfil público poco político que ha tratado de suavizar con diversas iniciativas, entre ellas un blog personal en el que habla de la gestión de la ciudad y responde a los ciudadanos, el actual alcalde de Chiclana está ante su segunda y última oportunidad en las urnas. No todos los miembros de la dirección de su partido lo arroparon en la decisión de repetir como alcaldable. Pero en la presente legislatura ha sabido rodearse, una vez más, de fieles, que le hacen el trabajo sucio en el Consistorio. Conoce el funcionamiento de la administración como nadie (no en vano, ha sido delegado de Economía y Hacienda, de Deportes, de Régimen Interior y Personal y alcalde); pasa menos tiempo del que le gustaría con su familia (sus hijos y su mujer, funcionaria y jefa de servicio del Ayuntamiento, se lo reprochan), y le gusta el ciclismo y el fútbol. Vivió su particular travesía del desierto durante los 17 meses que gobernó el cuatripartito, y volvió con un talante más sosegado pero la ilusión del primer día. Si las urnas no le avalan con mayoría y pierde la Alcaldía, podría ir a la Junta.