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Prisión sin fianza para los tres jóvenes imputados en la muerte de Juan Mena
Las pruebas sólidas aportadas por la Guardia Civil, que logró la confesión de los implicados, inclinaron la balanza del juez
Conil | Chiclana Actualizado: GuardarRápida, eficaz pero laboriosa. Así se podría describir la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil para esclarecer la muerte del joven madrileño Juan Mena; un asunto que policialmente se cerró ayer con un rotundo éxito. Los tres detenidos por la agresión mortal fueron enviados a Puerto III sin posibilidad de fianza por orden judicial y bajo el cargo de homicidio. El juez del nº 3 de Chiclana inclinó la balanza a partir de las pruebas sólidas que se incluían en las diligencias elaboradas por el equipo de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz. El abanico de evidencias no puede ser más completo: el arma del crimen (una navaja de pequeñas dimensiones) que fue recuperada de la vivienda del supuesto autor material del apuñalamiento; las prendas ensangrentadas que debió vestir cuando atacó a Juan Mena; el testimonio de la amiga de la víctima que fue testigo directo de los hechos e identificó a los sospechosos; y lo más contundente de todo, las confesiones de los tres imputados.
Dura batalla se les plantea a las defensas, sobre todo a la de Juan C. M., para eludir una pena de cárcel. En su caso será por un delito de sangre. Este joven de 19 años reconoció el domingo, después de que fuera delatado por sus compinches, de que había sido la persona que le clavó a la víctima dos puñaladas en el tórax. Detrás no había ningún gesto último de humanidad, la Guardia Civil lo tenía acorralado, según informaron hace dos días a LA VOZ fuentes de la investigación.
El domingo por la noche se conocía que los agentes habían arrestado a los tres sospechosos. No habían transcurrido ni 24 horas de la agresión mortal ocurrida en la calle Chiclana. Las detenciones se producían después de tomarle manifestación a la principal testigo de la causa y de que fuera interrogado un chico. Ese joven era Juan C. M.
Un 'piercing' traidor
La amiga del fallecido, que estaba sentada en un banco junto a él cuando fueron atacados por los tres imputados, aportó una descripción muy aproximada de los atracadores que quisieron robarles. El que empuñó la navaja tenía un rasgo muy característico: un 'piercing' en el pómulo izquierdo.
Como ya informara este medio en su edición de ayer, en la primera búsqueda a los agentes le salieron una veintena de posibles sospechosos con antecedentes, vecinos de la localidad y que rondaran los 20 años. Si bien, el principal implicado tardaron poco en identificarlo, entre otros detalles por ese 'piercing' que terminaría traicionándolo y por su extenso curriculum delictivo que le hace ser muy conocido en Conil. Así, los agentes procedieron a interrogarlo con el único fin de presionarlo y lo dejaron marchar, aunque bajo vigilancia permanente. Sus dos amigos no aguantaron tanto la presión y cuando comprobaron que los agentes les acechaban constantemente, se rindieron y abrieron la puerta definitiva para resolver el caso.
Los agentes trabajaban a contrarreloj. Sabían que si no actuaban rápido y recuperaban la navaja, había muchas posibilidades que los jóvenes se marcharan del pueblo o que se deshicieran del arma. Esto complicaría y mucho llegar hasta el autor material y principal imputado.
Con las confesiones de Manuel R. P. y Manuel N. M., los agentes acudieron de nuevo a la vivienda de Juan C. M. y allí éste les condujo hasta el arma del crimen. Encima este joven delincuente había dejado otro cabo suelto: se cortó en uno de sus dedos cuando apuñaló a la víctima. Poco más le quedaba que rendirse ante los guardias.
Su declaración de ayer ante el juez fue la más extensas de todas. Comenzó a las doce de la mañana y a las tres y media de la tarde seguía aún en el despacho del instructor. Pasadas las seis de la tarde se dictaba el auto de prisión incondicional. Caso cerrado.