Muere a los 93 años el «poeta puro» Gonzalo Rojas
MADRID.Actualizado:El luto se mezcló con la alegría en el arranque de la semana grande de las letras españolas, que se dolían por la muerte del poeta chileno Gonzalo Rojas, a los 93 años, en vísperas de la entrega del Cervantes a Ana María Matute. Rojas, ganador en 2003 del premio más importante de las letras hispanas y del premio Reina Sofía en 1992, era tenido por «un poeta químicamente puro que respira poesía» según el jurado que lo premió hace casi un decenio. La pureza y la intensa singularidad de su vitalista voz poética respiran una «honda raíz hispánica» que lo conecta con otros grandes poetas americanos. Cantor del mar, los relámpagos y el viento, era Rojas el poeta más importante de Chile después de Neruda y junto al antipoeta Nicanor Parra, que le sobrevive. Rojas, que tendió puentes entre la modernidad y la tradición hispánica más rica, murió en su casa de Chillán. Llevaba casi dos meses en estado muy grave, tras sufrir un infarto cerebral el pasado 22 de febrero. Entonces trabajaba en unas memorias que no quería publicar hasta después de su muerte.
Nacido en 1917 en el puerto de Lebu, industriosa localidad minera a 500 kilómetros al sur de Santiago, Rojas era hijo de minero. Huérfano desde la infancia, la muerte de su padre a causa de una explosión de gas grisú cuando tenía cuatro años, le marcaría definitivamente. De aquella trágica experiencia «aprendí más cosas que en todos los manifiestos», dijo el poeta. Autor de una treintena de libros, se adscribió a la denominada 'generación del 38', en una facción denominada 'Mandrágora' y caracterizada por sus conexiones con el surrealismo. Pronto se desmarcaría Rojas de sus compañeros, a los que consideraba «excesivamente afrancesados». Seguidor de la mejor tradición americana, el propio poeta reconocía a sus grande referentes: «Vallejo me dio el despojo, Huidobro el desenfado, Neruda el tono respiratorio y Borges el desvelo».
Entre sus libros destacan 'La miseria del hombre' (1948), 'Contra la muerte' (1964), 'Críptico y otros poemas' (1978), 'Desocupado lector' (1990) o 'Las hermosas' (1991).