El PP aprieta al Gobierno al pedir ahora que impugne toda la candidatura de Bildu
El PSOE acusa a Rajoy de «azuzar» a los «radicales» de su partido para avivar un debate que desmoraliza a los electores
MadridActualizado:El consenso antiterrorista que recuperaron en 2008 José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy languidece sin más síntomas que los provocados por el rifirrafe político. Este acuerdo tácito entre PSOE y PP, que ha permitido desarticular al menos cuatro direcciones de ETA en tres años, desmejora por semanas ante los ataques y contraataques de unos y otros.
Dolores de Cospedal afirmó ayer que la «salud del pacto» depende en exclusiva del Gobierno. Claro que antes de esta prescripción había lanzado un nuevo órdago al Ejecutivo socialista al exigirle que impugne toda la candidatura de Bildu y no solo las listas que pudieran estar contaminadas, como convinieron hace apenas diez días el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el coordinador de Justicia y Libertades Públicas del PP, Federico Trillo. Sobre todo por una cuestión técnica, porque, según explicó entonces el dirigente popular, ir «contra todo Bildu» supone afrontar un camino más lento y técnicamente más complejo, ya que habrá que recabar más informes policiales y judiciales.
La número dos del PP, en su comparecencia tras la reunión del comité de dirección del PP, se enclaustró en el terreno del eufemismo a la hora de contestar a las preguntas de los informadores sobre qué ocurriría si Zapatero no atiende la nueva exigencia de los populares.
Por momentos, pareció convencida de que el Gobierno le dirá que 'sí' al PP. En otros, sin embargo, acentuó que si al final no se invalida a todos los aspirantes de esta coalición «la responsabilidad será únicamente del Gobierno».
¿Qué ha cambiado desde que Rubalcaba y Trillo llegaran a la conclusión de que este paso no era el más conveniente? Cospedal, que intentó eludir responder a esta cuestión, optó por ser muy escueta. «Que hemos conocido los informes policiales sobre Bildu, eso es lo que ha cambiado», acotó.
La lugarteniente de Rajoy se refería, en concreto, al dossier que el Ministerio del Interior ha entregado a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado. En estos documentos, basados en apuntes en documentos incautados a ETA, se reflejan datos de al menos nueve reuniones entre dirigentes de Batasuna, Eusko Alkartasuna y, en alguna ocasión, Alternatiba, en la que se reparten los puestos de la coalición.
Esos encuentros, según el informe de las fuerzas de seguridad, se habrían producido entre el 3 de marzo y el 4 de abril y su objetivo sería respaldar el acuerdo de sus comisiones ejecutivas para construir una coalición electoral en las circunscripciones del País Vasco, en la que se integrasen independientes de la izquierda 'abertzale' que, según la Policía, serían en realidad «candidatos de Batasuna».
Estrategia desleal
La última exigencia del PP llegó hasta la Ejecutiva que del PSOE. «Están cuestionando la política antiterrorista del Gobierno que más éxito ha tenido para resolver el problema de la violencia de ETA», reprochó el secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias. Sin entrar en el fondo de la cuestión -qué se debe o qué no se debe hacer con Bildu-, Iglesias se mostró convencido de que los populares no piensan realmente lo que dicen sino que actúan por pura estrategia para «desmotivar y desmovilizar a la gente» con un discurso, dijo, «lamentable e irresponsable».
El propio Zapatero hizo esa lectura ante la dirección de su partido, según fuentes presentes en el encuentro. Los socialistas sostienen que la información fluye con «normalidad» entre el Gobierno y el PP y remarcan que los populares vascos no participan del discurso en el que se han embarcado los dirigentes más «radicales» del PP; un dato que, a su juicio, evidencia lo ficticio de las críticas. «Siempre que tienen un problema el recurre a la lucha antiterrorista», reprochó Iglesias.
A pesar de que Mariano Rajoy se ha mantenido al margen de las manifestaciones más duras contra el Gobierno, el PSOE tampoco lo exime de culpa. No solo porque mire para otro lado -«ha estado aprendiendo el silbo canario», ironizó Iglesias en alusión a sus vacaciones en las islas- sino porque creen en la sombra «azuza» el debate.