Shakespeare en el planeta del cómic
Kenneth Branagh cree que 'Thor', cuya adaptación al cine ha dirigido, es el superhéroe más cercano al mundo del genial dramaturgo
MADRID Actualizado: GuardarKenneth Branagh es un extraño en el mundo del cine. Hace cosas que van contra la opinión de la industria y de las tendencias del cine. En la década de los noventa, decidió revisar los clásicos de William Shakespeare, como 'Mucho ruido y pocas nueces' y 'Hamlet'.
Hace cinco años estrenó en el cine una ópera, 'La flauta mágica', reconociendo sus escasos conocimientos sobre el género. Y este viernes estrena 'Thor ', la historia del dios nórdico. En esta ocasión, cuando el proyecto echó a andar, también avisó que no había leído ni una sola página del cómic creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1962.
El director británico se fió de su agente cuando le propuso el proyecto. Le dijo que era una historia que se adaptaba muy bien a su forma de ser y sus gustos. Branagh le tuvo que dar la razón a su representante cuando hojeó algún cómic y el guión de la película. «Thor no es un simple superhéroe, sino un dios, lo cual introduce un elemento diferente. Además, me gustó ese lado humano, el contexto de una familia real, donde hay mucha pasión, intensidad y riesgo», indica el realizador. Luego, claro está, que la historia de dioses y hombres bebe de un mundo clásico «ya sea grecorromano o nórdico». Además de estas afinidades, el director de Belfast quería dar respuesta a una curiosidad: «Están muy de moda las películas de superiores y yo quería saber por qué les gustan tanto a los espectadores».
No es la primera vez que a Branagh le ofrecían la posibilidad de dirigir la adaptación de un personaje de Marvel. Pero ninguno conectaba con sus inquietudes como lo hace el hijo de Odín, ya que la conexión entre Stan Lee y Shakespeare es para él muy clara. «Es un viaje de la figura masculina. Convertirse en un hombre, dejar de lado la niñez para intentar ser un buen líder. Ya lo explora Shakespeare en 'Enrique IV', 'Enrique V' y en 'Hamlet', donde también se aborda la obsesión por el poder. Y no hay que olvidar un elemento mágico, misterioso tanto en el mundo Marvel como el shakesperiano. Vemos que en realidad no son tan distintos», explica Branagh.
Después de aceptar el reto, el británico como primera misión buscar a Thor. «Si no teníamos al apropiado, la cinta no iba a funcionar». Branagh se involucró en los procesos de selección, por el que pasó un actor australiano, guapo, cachas y que tenía el visado a punto de caducar llamado Chris Hemsworth. «En ese momento, no lo hizo mal. Pero no sabíamos lo que queríamos. Con el paso de los meses, nos dimos cuenta de que Thor era él. Chris es un actor que podía dar los valores del personaje, sus cambios. Tenía que ser apasionado, arrogante, intrépido y a la vez humilde», recuerda Branagh. Thor vive en Asgard con sus amigos de forma tranquila, esperando su momento para suceder a Odín (Anthony Hopkins) en el trono. Es arrogante e intrépido, lo que le cuesta el enfado de su rey y el destierro a la Tierra. Sin poderes, sin su famoso martillo Mjolnir, tendrá que buscarse la vida en un mundo nuevo, donde conocerá a la investigadora esotérica Jane Foster, interpretada por Natalie Portman. «Ella es una gran estrella que le aportó una gran credibilidad científica al personaje», recuerda el director. No obstante, y volviendo al mundo del escritor inglés más universal, Branagh apunta que el enemigo clásico de Thor, su hermano Loki (interpretado por el inglés Tom Hiddleston), es lo más parecido a una de las criaturas de Shakespeare. «Es como Iago, de 'Otelo'. El gran mentiroso».
Sinceridad
Al contrario que Loki, el director de 'Hamlet' considera fundamental hablar con los actores para saber qué quieren hacer en la película. «Quiero que ellos estén contentos y creo que es importante que me lo digan. Esto es magia», argumenta Branagh.
«Admiro esta profesión porque me parece una de las actividades más nobles y más ridículas porque requiere un coraje y una valentía especial. No salvan vidas pero sí que ayudan a que el mundo sea mejor», asegura el realizador, que ve muy difícil dirigirse a sí mismo otra vez como hiciera en la década de los noventa. «No tengo energía. Cuando miro atrás me pregunto cómo fue posible que hiciera las dos cosas a la vez».
A la espera de los resultados de 'Thor ', cuya secuela parece garantizada, Branagh tiene pendiente de estrenar 'Mi semana con Marilyn', donde se convierte en sir Laurence Olivier. Representar a uno de los actores británicos más importantes del siglo XX fue todo un reto y un riesgo. «Me parecía que era muy necio considerar la posibilidad de hacer el papel, pero el guión me convenció». La película gira alrededor del choque entre Marilyn Monroe, «que representa a Estados Unidos y a los actores del método», y Olivier, «que era la forma de actuar inglesa, más tradicional» en el rodaje de 'El príncipe y la corista'.