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fútbol / BARÇA

El Barça sigue creyendo en sí mismo

La derrota copera se acepta como un lance del deporte, pero molesta más la batalla extradeportiva perdida con Mourinho

P. RÍOS
BARCELONAActualizado:

"Están tan poco acostumbrados a levantar trofeos que para uno que ganan se les cae de las manos". La imagen de la Copa del Rey aplastada por el autobús del Madrid en plena celebración tras el despiste de Sergio Ramos provocó la única sonrisa en el aficionado barcelonista tras la final de Mestalla y dio paso a distintas bromas en los foros azulgranas. Pero fue una satisfacción efímera.

Nada compensa la tristeza del título no conquistado en la primera final en la 'era Guardiola'. Los jugadores aterrizaron al mediodía de este jueves en el aeropuerto de El Prat muy serios, dolidos, enfadados y alguno lesionado, como Adriano, que estará un mes de baja. Ni siquiera les levantaron el ánimo los cerca de 500 seguidores que acudieron al Camp Nou a recibirles para mostrarles su apoyo. Sabían que no solo se ha perdido la oportunidad de ampliar el palmarés. Lo peor es que le han dado vida al durísimo en todos los sentidos Madrid de Mourinho en un momento en el que podían haberlo enterrado.

El Barça aceptó la derrota con deportividad, felicitando al rival, pero ya apretando los dientes para vengarse del Real Madrid en la inminente semifinal de la Liga de Campeones. "Lo más bonito del fútbol es que te da segundas oportunidades", avisó Dani Alves.

"Hay que digerirlo"

"Esto hay que digerirlo como se pueda y pensar ya en la Liga y la Copa de Europa", recordó Villa, uno de los jugadores que peor parado ha salido de este doble pulso ante el Madrid. Ya encadena once partidos oficiales con el Barça sin marcar. Osasuna está llamado a pagar los platos rotos. Es necesario, además, para no resucitar también al Real en la Liga. La lectura general que hicieron técnicos y jugadores es de mantener la confianza y la autoestima. La primera parte de Mestalla fue pésima. Perder dando aquella imagen sí hubiese sido preocupante. Pero en la segunda el Barça mostró su mejor imagen y no se llevó el título por culpa de las grandes intervenciones de Iker Casillas tras remates de Messi, Iniesta y Pedro. En la prórroga, con los dos equipos fatigados, ya podía pasar cualquier cosa. Y marcó Cristiano.

El Barça perdió como pudo haber ganado. Es lo que puede pasar cuando se enfrentan dos grandes equipos. La derrota deportiva es puntual, pero lo que sí irrita en el entorno culé es la certeza de que se ha perdido la batalla extradeportiva. El llanto de Mourinho ha calado y se ha salido con la suya. Muñiz Fernández y Undiano Mallenco fueron demasiado permisivos con una agresividad madridista que en ocasiones se confundió con violencia, como en el caso de los pisotones sin sanción de Pepe y Arbeloa a Messi y Villa, respectivamente. No hay demasiada fe en que los árbitros europeos de la semifinal sean más contundentes con un fútbol basado en la reiteración de faltas para interrumpir el juego de asociación azulgrana. Por un quizás mal interpretado juego limpio, nadie salió nunca a rebatir los argumentos de Mourinho. Y ahora es tarde. La sensación es que el Madrid podrá seguir pegando lo que quiera a la espera de aprovechar un contragolpe con sus excelentes delanteros. Así será más difícil para el Barça, pero no imposible. A Messi y compañía les encantan los retos.