Federico Moccia: «La página blanca es libertad absoluta»
El escritor dirige la adaptación a la gran pantalla de su libro 'Perdona pero quiero casarme contigo'
MADRIDActualizado:A Federico Moccia, romano de 1963, siempre le ha gustado el cine. Hijo de un guionista de comedias, comenzó a trabajar como ayudante de dirección cuando apenas tenía 19 años. Le entró el gusanillo y se embarcó como director en 'Palla al centro', una película que pasó sin pena ni gloria. Visto este fracaso, el joven Moccia decidió escribir guiones y novelas, más o menos sin éxito.
Hasta que en 2004 publica por segunda vez (en el primer intento fracasó) 'Tres metros sobre el cielo'. Fue un éxito de tal calibre que decidió hacer una versión para el cine. Después llegaría 'Perdona si te llamo amor' y ahora ataca de nuevo con 'Perdona pero quiero casarme contigo', continuación de la anterior que se estrena hoy en España.
Moccia, además de dirigir, ha escrito el guion de la adaptación cinematográfica, que llegará a 150 salas. Considera que los mundos del escritor y del director de cine "se rozan e intercambian informaciones", aunque luego cada uno marche por su camino. Además, explica que en la estructura de sus libros ya hay mucho del lenguaje llevado a la gran pantalla. "Me gusta mucho entrar pronto en la historia, meter detalles para que de inmediato se sepa cómo es el personaje, cómo se viste o cuál es su forma de sonreír de hacer gracias", comenta el autor, que ha vendido millones de ejemplares de sus libros. Solo hace una clara diferencia entre los dos mundos: "Un libro es algo que al leerlo cada uno lo convierte en una realidad única y especial porque se mezclan las palabras que lee con sus vivencias y sus sueños".
Muchos jóvenes conectaron sus pasiones con Moccia y plasmaron su amor en un candado colgado de un puente, como la pareja de 'Perdona si te llamo amor'. Una iniciativa que ha calado en todo el mundo.
"En París, cuando rodamos, estaban colocados en los puentes. Me quedé muy sorprendido", reconoce. Asimismo, solicita más comprensión a los ayuntamientos con este movimiento porque "detrás de este acto está el amor" y a sus lectores un esfuerzo más: "Me gustaría que los candados lo pusieran personas para reflejar el amor de los pueblos, como símbolo para superar las dificultades que existen en Europa".
Adaptación
El gran problema con el que se encontró el escritor romano a la hora de encarar el proyecto fue la adaptación. "La historia está contada con la libertad que da un libro, un amplio espacio para meter todas las palabras que quieras. Porque las palabras te permiten imaginar, no tienen fronteras, prohibiciones o limitaciones. La página blanca es libertad absoluta", apunta Moccia, que cortó parte de las tramas secundarias para la película.
'Perdona pero quiero casarme contigo', que ha arrasado en Italia, los protagonistas vuelven a ser Raoul Bova y Michela Quattrociocche para los papeles principales de Alex y Nikki. Su historia de amor, que arrancó en hace tres años, está consolidada. Pero el maduro publicista quiere dar un paso más: casarse con Nikki. La joven estudiante está encantada al principio, pero luego surgen las dudas, los problemas y los enredos con las familias y los amigos.
Por otra parte, el éxito de Moccia en las librerías españolas también tuvo su versión en las salas de cine. Fernando González Molina dirigió la versión española de 'Tres metros sobre el cielo (3MSC)', con Mario Casas y María Valverde. Arrasó en taquilla con más de nueve millones de recaudación. "Me ha gustado mucho y me ha parecido una película muy particular y distinta a la italiana. El guionista (Ramón Salazar) ha tenido muy en cuenta el libro, ha sabido contar la atmósfera e incluso el carácter físico de los personajes", comenta Moccia. "Mario Casas es un actor fantástico y María Valverde también. Y el director ha hecho un gran trabajo porque ha sabido prestar atención a los pequeños detalles que para mí son los más importantes", apunta. Ahora se está preparando la continuación 'Tengo ganas de ti' con los mismos protagonistas.
El italiano pretende seguir con su doble versión de escritor y director, aunque le gustaría cambiar de registro y dedicarse solo a la dirección. "Me haría sentir más libre. Sería solo el director y reflejaría esa historia solo después de haberla leído, no después de haberla imaginado y escrito", confiesa. "Solo sería plasmar una historia. Mi problema es que cuando dirijo me siento vinculado, prisionero de mi historia", apunta.