La radio
Actualizado:Desde pequeño tomé la costumbre de escuchar la radio, ese invento compartido entre Hertz, descubridor de las ondas que llevan su nombre (Hertzianas), o electromagnéticas, Nikola Tesla descubridor legal de la radio; Marconi y Julio Cervera Baviera que se atribuyeron el invento trabajando conjuntamente y que tengo que decir que me hizo aficionado hasta hoy.
He disfrutado de programas musicales deliciosos y sufrido otros plagados de información tendenciosa y lo que me lleva a confeccionar este escrito, es una reflexión sobre la programación de una emisora que adopté hace muchos años y que me acompañaba desde horas temprana de cada jornada, durante mi trabajo y cuando se impone el descanso hasta quedarme dormido. Pero he dicho me acompañaba, ahora tengo que recurrir a la música en conserva cuando trabajo y prescindir de despertar con música. La causa, al parecer exigencia de la programación, que prima sobre el agrado al radio oyente. A mi parecer, poner música contemporánea a las seis treinta de la mañana, más que ayudar a levantarte animoso contagiado de la alegria de los cantos y músicas populares de todos los Países de Europa, te invitan con sentimiento malhumorado, a continuar durmiendo. No digamos si cambias para elegir otra emisora, buscando ese elixir terapéutico que para mi es la música, todas o casi todas, están ocupadísimas en contaminar o intoxicar la mente de los oyentes de eso que dicen que es informar.
Creo que la música contemporánea sin menoscabar su mérito e importancia, todavía tiene que escucharse mucho y en otros momentos que no sean las horas tempranas de la jornada, para hacerse el oido. En cuanto a lo de informar, más que informar en otras emisoras que no la que era habitual para mí, no informan, conducen hasta la intoxicación y, o contaminación mental de oyente
Pienso que la radio tiene que ser entretenida y agradable a todos los oyentes e in formar como instrumento del periodismo y desprovista de toda opinión, que debería ser elaborada por el oyente y no usarla con fines tendenciosos para la clase política.
Como casi siempre los hombres descubren, inventan, en algunos casos con una buena y saludable intención, pero es él mismo, el que abusa más que usa de sus propios recursos, que a veces se transforman en más negativo que positivo en mi modesta opinión. .