Empate a sensaciones
El Madrid da un paso y recupera la moral ante un Barça superiorCon el título de Liga decidido, el resultado del Bernabéu y la polémica calientan la final de la Copa y dejan abierta la lucha
MADRID.Actualizado:Con la Liga sentenciada, ya que el Barça está a solo tres victorias y un empate del título, aunque el Madrid ganase sus seis últimos partidos, el primer asalto del atracón de clásicos ha dejado abierta la lucha por la Copa del Rey, ahora más caliente aún por la polémica que se vivió la noche del sábado en el Bernabéu. Mourinho no dejó de quejarse de la expulsión de Albiol, «por una falta que no tiene nada», dijo estar «cansado» de acabar otra vez con 10 contra el Barcelona y continuó con su estrategia de presión e intimidación a los árbitros, en este caso al navarro Undiano Mallenco, encargado de dirigir el miércoles la batalla de Mestalla.
El Barça, además, se libró de la expulsión de Dani Alves en el penalti señalado sobre Marcelo, y para encrespar todavía más a la afición madridista, a Messi se le fue la cabeza, lanzó un balón a la grada en el tiempo añadido y no fue amonestado. El Barcelona tampoco olvida el penalti de Casillas a Villa en el minuto 25. El consuelo para ambos colosos fue un empate que no valdrá en la final copera. Para el Madrid, porque además de conseguir anular por fin el juego de creación del Barça, con uno menos pudo ser goleado pero reaccionó y, desatado sin las 'cadenas' de Mourinho, incluso soñó con la victoria. Para el Barça, porque le deja la Liga en bandeja y en los últimos minutos logró salir airoso del ataque de casta del rival, al que permitió sobreponerse por no pisar el acelerador.
Madridistas y azulgrana se quieren convencer a sí mismos de haber salido reforzados de un empate que ha marcado su estado anímico y del que ambos extraen conclusiones «positivas». Tras un 5-0 que siempre escocerá, el Madrid destructivo del 'trivote' liderado por Pepe, ha dado un paso, insuficiente, pero importante, y ha recuperado la moral y la autoestima ante un Barça que en fútbol es superior y no piensa renunciar a su filosofía, por mucho respeto que tenga al contraataque blanco. Por primera vez el Madrid no ha sido derrotado por el equipo de Guardiola. Un éxito para los pragmáticos que hace albergar esperanzas, cuando se temía que el Barcelona arrollase y golease de nuevo con su imparable fútbol de toque.
Escaldado Mourinho por la 'manita' del Camp Nou, ahora pretende competir y mandar con su resultadismo el portugués, a quien no le importa que los periodistas, a quienes ha declarado la guerra, tilden su planteamiento de «miserable», «mezquino» o «cobarde». Atrincherado atrás y sin apenas tocar el balón, así ganó, entre otros títulos, su última final de la Copa de Europa con el Inter frente al Bayern y no cambiará, aunque parte de la afición se indigne porque un club de la grandeza del Madrid no oculte su miedo frente al mejor Barcelona de la historia y se comporte como un equipo menor. «Ellos tenían muy claro lo que querían, que era aprovechar las contras. Es muy respetable esa forma de jugar. Sabemos que muchos equipos nos juegan a la contra. ¿Por qué no lo puede hacer el Madrid?», se preguntó este domingo Puyol.
Puyol lo ve «difícil»
Los tres mediocentros ya parecen innegociables para 'Mou', pero la ausencia del sancionado Albiol en Mestalla seguramente obligará a Mourinho a alinear el miércoles a la defensa que acabó el primer capítulo: Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho y Marcelo. Para que Özil entrase en el equipo titular tendría que caerse uno de los de arriba -quizás Benzema-, y también tiene opciones Adebayor, e incluso Cristiano Ronaldo pudiera ocupar el puesto de delantero centro. Dado que este Madrid que considera de momento imposible rivalizar de tú a tú con el Barça y prefiere balonazos arriba al '9', podría ser el momento de Adebayor, revulsivo junto a Özil en esa recta final del Bernabéu en la que los madridistas fueron mejores que unos azulgrana demasiado conformistas. Al fin y al cabo, el empate les daba para asegurarse la reválida del título y para seguir demostrado que a día de hoy a su juego solo se le puede aguantar con la contención y a base de épica, algo que siempre ha caracterizado a los blancos cuando se han visto sepultados.
El Barça, sin embargo, ha quedado a expensas de Puyol, que después de tres meses de baja, con una contractura en los isquiotibiales ve «difícil» que pueda jugar el miércoles, «aunque no se sabe qué pasará dentro de 48 horas». Si está el capitán, Guardiola solo cambiaría a Valdés por Pinto -el portero de la Copa-, o tal vez haría alguna modificación más, porque también se plantea adelantar a Iniesta a la línea de ataque como sustituto de Pedro, con pubalgia. En el caso de que Puyol fuese baja, Busquets ocuparía su puesto de central y Mascherano o Keita entrarían en el once. Incógnitas para otro clásico de pasión, pero ahora sí que decisivo para dar un golpe de K.O., y de cara a la 'Champions'.