La nueva embajadora destaca ante el papa las raíces cristianas de España
María Jesús Figa presenta a Benedicto XVI sus credenciales y le promete el diálogo y la colaboración del Gobierno con la Iglesia
ROMA.Actualizado:La nueva embajadora de España ante la Santa Sede, María Jesús Figa, manifestó ayer que «buena parte de la identidad» de España «responde a sus raíces cristianas, que siguen produciendo ejemplares frutos en lo individual y en lo social». En su discurso a Benedicto XVI, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales en el Vaticano, la diplomática recordó que la Constitución española garantiza «la libertad religiosa como un derecho fundamental y el pluralismo como elemento esencial de nuestra sociedad».
Figa, que sustituye en el cargo a Francisco Vázquez, subrayó la aconfesionalidad del Estado y el principio de colaboración con todas las confesiones, de modo singular con la Iglesia católica. «Es la base de la laicidad positiva, que por un lado permite a ciudadanos de diferentes creencias y convicciones regirse de acuerdo con los valores constitucionales compartidos y, por otro, promueve la cooperación de los poderes públicos con la Iglesia católica en todos los ámbitos», agregó.
Vestida de negro y con mantilla del mismo color y peineta, la embajadora aseguró al Pontífice que el Gobierno de España «mantendrá su actitud de colaboración con la Iglesia católica en todos los terrenos que redunden en el beneficio de todos los ciudadanos y que estará siempre abierto a un diálogo positivo ante los problemas que puedan surgir ante los cambios de la sociedad».
La embajadora recordó que es la primera vez que una mujer es la responsable de esta sede diplomática desde que los Reyes Católicos decidieran abrir una embajada permanente en Roma. «Un ejemplo más», dijo, de la reciente evolución de la sociedad española, que ha hecho «de la búsqueda de la paridad de los derechos de hombres y mujeres uno de sus principios distintivos».
También repasó las recientes visitas del Papa a España y se refirió a su próximo viaje a Madrid, en agosto, para participar en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.
Benedicto XVI, por su parte, lamentó que en ciertos ambientes se tienda a considerar la religión como un factor «socialmente insignificante e incluso molesto», y dijo que ello no justifica el tratar de marginarla mediante la denigración, la burla e incluso la indiferencia ante episodios de «clara profanación».