El espíritu del Mora
Actualizado:La oportuna idea de dedicar las VII Jornadas de Investigación para estudiantes de Medicina a evocar el 'Espíritu del Mora' y a rendir un cariñoso homenaje al doctor José Evaristo Fernández, recientemente fallecido, constituye una elocuente muestra de la aguda consciencia que los alumnos poseen de la dimensión vocacional de esta carrera universitaria y nos proporciona un claro síntoma de la sensibilidad humanitaria que demuestran los actuales miembros de la delegación de alumnos liderada por Nuria I. Núñez Morales. Según ella misma me cuenta, a través de las explicaciones de los luminosos episodios allí vividos, los profesores, además de ilustrar las clases de, por ejemplo, Anatomía, Medicina Interna, Fisiología, Pediatría, Psiquiatría, Otorrinolaringología o Cirugía, les han transmitido el importante mensaje de que el ejercicio de la Medicina -incluso en estos tiempos en los que es indispensable el uso de complejos instrumentos técnicos- es una tarea humana, humanista y humanitaria que requiere el mutuo y respetuoso acercamiento personal en unos espacios en los que se respire un clima cálido que facilite la comunicación permanente y la estrecha colaboración entre todos los profesionales de la salud.
Como ha explicado el doctor Evaristo José Fernández, en aquellas soleadas y ventiladas salas de mármol blanco en las que entraba la saludable brisa de la Caleta, los catedráticos, los médicos de sala, los practicantes, las enfermeras, las Hermanas de la Caridad, las matronas, los topiqueros y las limpiadoras constituían un grupo humano que, estrechamente compenetrados, 'trataban' las dolencias y aliviaban los temores de los pacientes partiendo de un doble supuesto: que la Medicina, además de una ciencia y un arte, es una profesión en el sentido más noble de esta palabra, y que el tratamiento se concebía como un conjunto de actividades diversas llevadas a cabo en compañía: en un diálogo continuo y en una colaboración permanente, para ayudar a dar a luz, a curar las enfermedades, a aliviar los dolores, a suavizar los sufrimientos, a calmar la ansiedad y a morir en paz.
El tríptico editado por los alumnos lo explica con nitidez: ese 'espíritu del Mora' fue un factor determinante que hizo posible que en este Hospital -regalo a Cádiz del generoso mecenas José Moreno de Mora y Vitón- situado en un enclave privilegiado, administrado por la Diputación Provincial y Clínico de la Facultad de Medicina, se respirara una atmósfera de respeto, de compañerismo, de familia y de trabajo, y tuviera ese «ambiente de misión sanitaria a la vez que caritativa».