Zapatero insiste en que habrá inversión de China en las cajas de ahorros
El presidente alega que el gigante asiático siempre cumple su palabra y descarta un castigo de los mercados por su desliz
BAO (CHINA). Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero está persuadido de que no hay nada que temer y que la segunda economía mundial entrará en las cajas españolas a pesar del desafortunado episodio que llevó a su principal fondo soberano, la Corporación de Inversiones CIC, a negar que hubiera comprometido cantidad alguna para tal fin. «Las palabras del Gobierno de China -remarcó en su última jornada de trabajo en el país asiático- siempre se convierten en hechos».
El presidente del Gobierno plantó así cara a quienes le han acusado de vender la piel del oso antes de cazarla y se ratificó en que el dinero del gigante oriental llegará a la parte del sistema financiero español necesitada de capitalización para culminar con éxito su reestructuración. Quiénes serán las beneficiarias y a cuánto ascenderá finalmente la operación de marras es harina de otro costal. «Cuando termine el proceso ya haremos la evaluación de las cifras, pero dejemos que las cosas sigan su cauce natural».
Era su manera de admitir que desde el Gobierno se pecó de precipitación, o de indiscreción, cuando se dijo que CIC contaba con una reserva de unos 9.300 millones entre fondos públicos y privados a la espera de concretar las posibilidades de negocio que ofrecen no ya las cajas -que condensan en torno a un 50% de todo el ahorro español- sino el sistema financiero en su conjunto. Pero también su ratificación en el fondo del asunto.
El Ejecutivo insiste en que el hecho de que el primer ministro chino, Wen Jiabao, asegurara el martes que su país invertirá en la reconversión del sector es una garantía indiscutible. Se apoya en que hasta ahora las autoridades chinas han cumplido siempre lo prometido. En pocos años han pasado de poseer el 4% de la deuda española en manos extranjeras (6.000 millones de euros) al 12'5% (25.000 millones); el pasado enero, durante una visita del viceprimer ministro, Li Kequiang, y toda una cohorte de empresarios, se comprometieron a seguir comprando y, según fuentes gubernamentales, lo están haciendo.
Cosa distinta es -y en este apartado el Gobierno admite su error- que la operación final se canalice a través de CIC. Cabe que sea otro u otros fondos quienes se embarquen en el proyecto. Pero, en todo caso, España no debe decirlo porque en el desayuno que el presidente del Gobierno mantuvo el miércoles en Pekín con los representantes de las principales entidades financieras chinas se pidió, como siempre ocurre en este tipo de reuniones, confidencialidad.