El Ministerio de Defensa no tiene constancia del armamento que se utiliza en Libia
El Departamento que dirige Carme Chacón recuerda que España fue de los primeros países en proceder a la destrucción de las bombas de racimo
MADRIDActualizado:El Ministerio de Defensa no tiene constancia del armamento está utilizando el régimen libio, según fuentes del Departamento que dirige Carme Chacón, que no tiene competencias sobre la venta de armas.
Así han respondido tras denunciar la organización Human Rights Watch (HRW) que las fuerzas de Muamar Gadafi han utilizado bombas de racimo fabricadas en España en 2007 en sus ataques contra zonas residenciales de Misrata, ciudad al este de Trípoli sometida a un intenso bombardeo desde hace dos días.
España firmó el 3 de diciembre de 2008 en Oslo la Convención para prohibir las Municiones de Racimo, según las citadas fuentes de Defensa, que han agregado que España ha sido de los primeros países que ha procedido a destruir este tipo de material, a no fabricarlo y a no permitir el tránsito de esta clase de armamento por el país.
Han precisado que la venta de armas no depende del Ministerio de Defensa, sino de una Comisión Interministerial, que está subordinada al Ministerio de Industria, al que las empresas tienen que pedir autorización para la venta de armamento a terceros países.
Dos empresas fabricaban las bombas
En España, dos empresas se dedicaban a fabricar bombas racimo hasta su prohibición, la compañía aragonesa Instalaza y Explosiones Alavesas (Expal). Instalaza todavía incluye en su página web información sobre la munición de mortero MAT-120 como muestra de sus mejores logros, pero subraya que "acata, como ha hecho en sus más de sesenta años de historia, las decisiones del Gobierno de España y las cumple escrupulosamente".
La munición MAT-120 está prohibida por el Ejecutivo en aplicación de la convención internacional firmada en Oslo en diciembre de 2008. En su página web, la compañía explica que mantiene el MAT-120 en su presentación para mostrar la seguridad y la fiabilidad de esta tecnología, en la que ha invertido fondos propios de once millones de euros.