Catar levanta el veto al suministro de armamento a los rebeldes
BRUSELAS.Actualizado:El pequeño emirato de Catar gana cada vez más peso en la intervención militar en Libia. La opulenta monarquía petrolífera se ha implicado a fondo en el conflicto en un intento por abrirse paso entre las grandes potencias en la escena internacional. El país pérsico, que junto a Emiratos Árabes es el único de la región que participa con cazas propios en la misión, se ha convertido en el gran aliado de los rebeldes. Su relación se ha estrechado tanto en las últimas semanas que Doha ha empezado a suministrar armas a los insurgentes para que planten cara a las tropas gadafistas.
La monarquía catarí, que acogió el miércoles la primera cita del Grupo de Contacto internacional que supervisa la intervención en Libia, ya subrayó en la cumbre que la resolución de la ONU que autorizó la operación no impide la entrega de armamento «defensivo» a los sublevados. A su juicio, los opositores necesitan material bélico para poder frenar a un ejército mucho mejor pertrechado y entrenado.
Las armas, que empiezan a verse en el campo de batalla, habrían llegado previsiblemente por mar hasta Bengasi. Aunque Reino Unido y Francia creen que todavía no es el momento de ofrecer material bélico a los rebeldes, ambos países respaldan los movimientos de Catar, lo que habría facilitado la operación secreta pese al bloqueo naval que aplica la OTAN. Además, los misiles antitanque Milan que han recibido los opositores son de fabricación gala. El periódico británico aseguraba que el Ejército catarí cuenta con estos lanzagranadas, pero lo más probable es que se hayan comprado nuevos equipos a París para introducirlos en Libia.
Los proyectiles antitanque Milan pueden acoplarse a un vehículo -los rebeldes se mueven mayoritariamente en camionetas pick up- o cargarse al hombro como un bazuca. Según los expertos, este armamento es especialmente efectivo contra los tanques soviéticos T-72 utilizados por las fuerzas gadafistas. El dictador lleva varios días acusando a Catar de apoyar militarmente a los sublevados y ha detectado al menos 20 infiltrados del país pérsico en Bengasi. Una fuente del Elíseo confirmaba el miércoles a Reuters que los opositores no tienen problemas para encontrar armas. «Varios amigos les están enseñando cómo usarlas», añadió.
Catar, un antiguo protectorado británico del tamaño de Bélgica, ha asumido un papel esencial en el conflicto. La monarquía pérsica no solo reconoció rápidamente la «legitimidad» del Gobierno rebelde, sino que le está ayudando a exportar petróleo de la zona bajo su responsabilidad.
El emir catarí, Hamad Bin Khalifa al-Thani, inició desde su llegada al trono en 1995 una progresiva apertura desconocida en otros países de la región. Aunque los partidos están prohibidos, el monarca respaldó el desarrollo de otras libertades. En este contexto, se fundó Al-Yasira, todo un referente en los países árabes y que ha tenido mucho que ver en las revoluciones democráticas.