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El tenista español y número uno en el ránking mundial, Rafael Nadal, devuelve la bola al croata Ivan Ljubicic durante su partido de cuartos de final del Torneo masculino de Montecarlo. EFE/CHRISTOPHE KARABA
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Ljubicic y el viento no son rivales para Nadal

El español accede a semifinales con su victoria (6-1, 6-3)

VICTORIO CALERO
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Si hay algo que molesta a los tenistas y que dificulta su juego es el viento. Los extraños que hace la bola, la imposibilidad de golpear a la pelota en el punto de impacto correcto, sin estar bien colocado en la pista por las dudas que genera este elemento, hace que los errores no forzados aparezcan con más asiduidad de lo normal. Sin embargo, ni el aire, ni su dubitativo comienzo de primer set, fueron capaces de amargarle el día al número uno del mundo en uno de sus torneos favoritos. El de Manacor se clasificó por séptimo año consecutivo a las semifinales del Masters 1.000 de Montecarlo gracias a su victoria ante Ivan Ljubicic por 6-1 y 6-3 en una hora y 19 minutos de encuentro. En su próximo partido, el español se medirá al escocés Andy Murray, quien se dehizo por un fácil 6-2, 6-1 del portugués Federico Gil.

La capacidad de Nadal para adaptarse a situaciones complicadas es encomiable. A pesar de las fuertes rachas de viento que azotaron la pista central de la capital monegasca, el balear apenas hizo cinco errores no forzados en todo el partido. Al igual que en los dos choques anteriores, el mallorquín empezó el enfrentamiento como le gusta, haciendo un ‘break’. Pese a que una doble falta inesperada puso el 1-1 en el marcador, el cinco veces campeón de Roland Garros rápidamente cogió su derecha y empezó a mandar bolas con peso al fondo de pista del croata que propiciaron los errores de Ljubicic.

Con el número uno del mundo asentado en la pista, los puntos fueron cayendo poco a poco de su lado. Ocho juegos consecutivos del pupilo de Toni Nadal pusieron el 6-1 y 3-0 y encarrilaron el duelo a favor del español. A pesar de las dos bolas de ‘break’ que dispuso el croata en el último juego del choque, el seis veces campeón en Montecarlo se rehízo y cerró su victoria número 37 en la tierra batida de Montecarlo.