Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Griñán se dirigió al escaño de Luis Pizarro al que le saludó con un apretón de mano. :: JUAN FERRERAS, EFE
ANDALUCÍA

Griñán eleva el tono y acusa a Arenas de maldad

El presidente reivindica la figura de Chaves y escenifica una reconciliación con Pizarro para dar por cerrada la crisis socialista Pasa a la ofensiva después de que el líder del PP dijera que «los intrusos y comisionistas campan a sus anchas, además de los cachorros del poder», en alusión a Iván Chaves

Actualizado:

El último pleno del Parlamento antes del 22-M hizo honor a la tensión propia de una época preelectoral. En el rifirrafe entre José Antonio Griñán y los líderes de la oposición, Diego Valderas y Javier Arenas, esta confrontación tuvo un aspecto novedoso. Tras dos meses a la defensiva por el fraude de los ERE (expedientes de regulación de empleo), el presidente de la Junta elevó el tono, pasó al contraataque y se estrenó por primera vez con palabras gruesas contra el líder del PP-A, Javier Arenas, a quien acusó de «maldad y fariseismo». También fue inusualmente duro con Valderas, cuyas expectativas electorales menospreció: «Podríamos ganar nosotros o el PP, ustedes no», dijo en respuesta a la reiterada petición de elecciones anticipadas de líder de Izquierda Unida.

Griñán aprovechó también este pleno para escenificar que da por zanjada la crisis interna socialista y sus diferencias con Luis Pizarro, a quien estrechó fuertemente la mano tras dirigirse a su escaño.El día antes ambos evitaron el saludo tras cruzarse varias veces en la Cámara andaluza.

Javier Arenas puso en duda la capacidad de Griñán para sacar a Andalucía de la crisis aludiendo a su «desgobierno», las diferencias internas en su partido y la corrupción en la Junta, incluyendo el caso del hijo de Chaves sin mencionarlo. «Los intrusos, intermediarios y comisionistas campan a sus anchas, además de los cachorros del poder», dijo Arenas tras describir el gobierno socialista como el de las corruptelas, la trama de los ERE, con una administración parada, arbitraria en el gasto de fondos públicos y con falta de control y transparencia. El dirigente popular recordó también que Griñán y otros consejeros de la Junta pueden ser acusados de prevaricación por el fraude de los ERE, como apunta la jueza del caso en uno de sus autos.

Arenas recordó los seis cambios de gobierno en la legislatura, lo que fue contestado por Griñán luego que tantos como tuvo Aznar en su última etapa, con un ministro que incluso dimitió, en alusión a Manuel Pimentel. «Aunque dimitió uno, ninguno le dijo que no era su presidente», espetó Arenas en referencia a la frase de Pizarro del pasado sábado en Conil (Cádiz): «Chaves es para mi el presidente de la Junta».

La respuesta de Griñán fue la más dura hasta ahora contra el líder del PP. El presidente acusó a Arenas de utilizar una doble vara de medir cuando hay imputados del PP o del PSOE e IU y de querer cubrir treinta años de gobiernos socialistas con «infamias». Griñán recordó que ningún consejero andaluz ha sido condenado en esos treinta años y acusó al líder popular de practicar una estrategia politica que es «el testimonio de su maldad y de su fariseismo» para ocultar «su proyecto político» de recortes sociales como el cierre de quirófanos de Galicia o el copago sanitario de Murcia. «Tenga valor y juegue limpio», le dijo varias veces al dirigente popular.

Griñán justificó luego el tono duro de su intervención en que le había irritado que el PP hiciera alusión a las diferencias internas en su partido, cuando hay una norma de cortesía parlamentaria que invita a los partidos no criticarse por ello. Arenas explicó que se había referido a la dimisión de un consejero, no de su partido. En cualquier caso, la alusión le sirvió a Griñán para escenificar una defensa contundente de Manuel Chaves y su reconciliación con Luis Pizarro. «Es mi compañero en cuanto concordamos y en cuanto disentimos», señaló para añadir que comparte lo que Pizarro dijo en Conil «porque la historia de la autonomía andaluza no se podrá escribir jamás, nunca, nunca, sin la aportación de Manuel Chaves».

Familiares

Previamente, la consejera de Presidencia, Mar Moreno, tuvo que responder a varias preguntas del PP y PSOE sobre Iván Chaves, la sustitución del delegado de Cádiz y el pago de una minuta al bufete del suegro de Javier Arenas, Manuel Olviencia, con cargo a la partida con que se abonaba los ERE.

Antonio Sanz quiso saber cuántos consejeros habían recibido al hijo de Chaves, dijo que el caso es más grave que el de Juan Guerra, lo llamó «comisionista» y agregó que se dedicaba a abrir puertas en las instituciones. El diputado socialista Miguel Ángel Vázquez preguntó por la minuta del despacho de Olivencia y tras la respuesta de Moreno de que es legal, Vázquez recordó al PP que había dicho que el fondo de los ERE había ido a parar a socialistas y sus amiguetes. «No vamos a llamar al señor Olivencia trincón, comisionista o delincuente. Este caso ha sido tan legal como otras muchas actuaciones», espetó.